Lucas Crisafulli es abogado y docente de la Cátedra de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba. En esta entrevista con la Izquierda Diario habló de las imputaciones a 28 estudiantes y una abogada por la toma del Pabellón Argentina, pero además desarrolló el concepto de “imperialismo en el derecho penal” y cuestionó los operativos de Gendarmería en Córdoba.
El imperialismo en el derecho penal
Es un concepto desde la mirada de la criminología crítica. Pensemos, por ejemplo, en dos chicos que se pelean. La mirada desde la convivencialidad escolar es intentar resolver el problema hacia adentro de la propia institución. Intenta darle un marco de resolución. Un imperialista del derecho penal buscaría en qué figura penal encuadra.
Hay una idea de imponer unos “lentes” con los cuales mirar esa situación. Si impongo los lentes del derecho penal estoy ejerciendo una especie de violencia simbólica. Ahora el que va a tener que ver es el sistema penal, que siempre suma violencia simbólica primero y violencia real luego.
Sobre las imputaciones por la toma del Pabellón Argentina
La toma es el ejercicio del derecho de protesta. Lo rico de la propia autonomía universitaria es que uno puede discutir, por ejemplo, en las asambleas. Un imperialista del derecho penal dice que la situación dejo de ser una protesta y pasó a ser un delito. Una vez que intervino la justicia penal, por lo que ya no existe posibilidad de discutir.
Si yo digo que tu derecho a protestar termina donde empieza mi derecho a circular, tu derecho a circular también termina cuando empieza mi derecho a protestar. El derecho, por ejemplo, de las personas a trabajar en el pabellón no puede resolverse restringiendo el derecho de protesta. Ningún derecho es absoluto, la decisión de cuál restringir revela el origen ideológico de quien lo hace. El derecho de protesta es el que se encuentra más cercano al nervio central de la democracia, porque es un derecho que irradia otros derechos. Los derechos que tenemos se conquistaron con luchas, no nos los regaló nadie.
Yo creo que esta causa no tiene mayores posibilidades de llegar a juicio, ni hablar de condena. El delito que se le imputa es ridículo. La usurpación tiene que ver con el ánimo de despojar a una persona de la propiedad.
La presencia de la Gendarmería en los colectivos
En un Estado de derecho y en una democracia, todos somos inocentes hasta que haya una sospecha cierta de que podemos estar cometiendo un delito. Estos controles no son procedimientos, se asemeja más a la idea de una razzia, donde se exige la sumisión de las personas que están siendo controladas en ese procedimiento.
La intimidad no es un privilegio de los culpables, sino un derecho de todos. El Estado debe justificar por qué me va a invadir la propiedad.
El derecho es un espacio de disputa y de lucha. A mí no me parece que estos operativos sean legales, no hay ninguna ley en Argentina que obligue a las personas a portar documentos para transitar.
La mayor gravedad es que se termina naturalizando este tipo de procedimientos. No sólo no es legal, sino que es un lugar donde no me gustaría vivir. |