Este lunes la titular del Tribunal Colegiado de Mendoza Patricia Alonso resolvió rechazar un pedido de cambio de situación judicial de la monja Kosaka, quien integra junto a la Monja Asunción Martínez la congregación de las “Hermanas de Huerto” y ambas están imputadas en el marco de la causa conocida como “Caso Provolo”.
Kumiko (de origen japonés nacionalizada argentina) está con prisión preventiva domiciliaria, acusada de abusos sexuales y corrupción de menores sordos del Instituo Provolo de Luján de Cuyo. Martínez, por su parte, también está procesada pero por haber ocultado uno de esos hechos ocurridos años atrás en la misma sede religiosa.
La defensa de las monjas (cuyos honorarios son pagados por la congregación Hijas de María Santísima del Huerto) había solicitado que ambas religiosas fueran liberadas de culpa y cargo en función de un presunto “mejoramiento” de sus situaciones en el marco de la causa. Sin embargo, la jueza Alonso consideró todo lo contrario. Para la magistrada la situación de las imputadas empeoró desde que se les dictó el procesamiento y la prisión preventiva (en el caso de Kumiko), en función de que en este período se acumularon más pruebas en su contra.
Un elemento central de la resolución de la jueza es que considera latente el peligro de fuga de Kumiko Kosaka, algo que fue argumentado tanto en el dictado original de su prisión preventiva como en la confirmación de esa resolución por parte de la Cámara de Apelaciones.
En aquel momento se argumentó que la monja tiene familiares en el extranjero y cuenta con medios económicos suficientes, tanto propios como de la congregación, que le permitirían fácilmente profugarse en caso de recuperar la libertad. Algo que, obviamente, no cambió en este tiempo.
Lejos de echarla, la bancan
Entre los fundamentos de su resolución, la jueza Alonso apela a un dato sobresaliente: Kumiko cuenta con el apoyo de la congregación de las “Hermanas del Huerto”, que desde el principio del caso viene desembolsando mucho dinero para defender a sus dos miembros imputadas por delitos aberrantes sobre niñas y niños.
Según publicó ayer el diario Los Andes, la jueza afirma en la resolución que “las hermanas del Huerto (como surge de los diarios) siguen aportando con dinero a Kosaka, lo que demuestra el apoyo y el riesgo de fuga”.
Y es que efectivamente la congregación financia a un caro equipo de profesionales, que van desde abogados hasta psicólogos y especialistas en lengua de señas. Entre ellos, se destaca el caso del psiquatra español José Cabrera, llegado a Argentina para analizar a las monjas pero también (y quizás mucho más) a las y los denunciantes.
El 7 de septiembre Cabrera, especializado en medicina forense, dio una entrevista al mismo Los Andes donde confirmó que es uno de los peritos de parte de Kumiko Kosaka y que fue contratado directamente por quienes conducen a nivel mundial la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto. De hecho, dijo, su primera reunión para tomar el caso fue en marzo en la sede central de la congregación, en Roma.
En esa entrevista Cabrera dijo tener “experiencia” en casos donde miembros de la Iglesia católica son acusados de cometer delitos, entre ellos abusos sexuales. Con esos pergaminos, aceptó el pedido de sus contratantes de analizar la estructura psiquiátrica de las monjas y a su vez “valorar la credibilidad” de las y los querellantes.
Los Andes le hizo una pregunta curiosa: “¿cuáles son los patrones comunes que se observan en quienes denuncian estos delitos contra religiosos?”. Pero más curiosa aún fue su respuesta: “el primer punto es que la denuncia empieza en una persona y luego genera un reguero de denuncias. El punto dos es que siempre se hacen sobre hechos muy antiguos e inciden la memoria, los sentimientos y las confusiones de esos años. Y el tercer punto nuclear es que todo es subjetivo. Nadie puede demostrar nada con un informe ginecológico”. Evidentemente, menos perito y más “de parte”.
Por lo menos, que no se fugue
En diálogo con La Izquierda Diario Oscar Barrera, abogado de cinco de las víctimas sobrevivientes (hoy mayores de edad), consideró que “lo más importante de esta resolución es que la jueza tomó en cuenta nuestro planteo de rechazar el pedido de cese en función del real peligro de fuga que ya había tomado en cuenta la Cámara de Apelaciones”.
Para el letrado, ese peligro “se da por el mismo apoyo que tiene la monja de parte de su congregación. Recordemos que además del perito psiquiatra español, las Hermanas del Huerto contrataron para defender a Kumiko abogados, psicólogos, especialistas en lengua de señas que vinieron desde la Provincia de Buenos Aires. Es decir que pusieron a todo un equipo de profesionales a disposición de su defensa, lo que implica una importante erogación de dinero a cargo de ellos”.
Además de seguir de cerca las alternativas del caso Provolo, este diario publicó recientemente una breve historia de la congregación a la que pertenecen Kumiko Kosaka y Asunción Martínez.
En dos semanas de publicada la nota, este diario recibió varias comunicaciones de madres, padres y estudiantes de los diversos colegios del Huerto tanto de Argentina como de Chile, donde habitan y trabajan varias de las monjas implicadas en resonantes casos de abusos sexuales sobre menores. Mensajes que, lejos de descreer lo que se denunciaba, pedían ampliación de información y despejar algunas dudas.
A su vez esta redacción aún no ha recibido ningún mensaje o llamado de parte de la congregación para desmentir o siquiera pedir algún tipo de derecho a réplica. Por el contrario, en estos días miembros de esa congregación dieron de baja algunas páginas de Facebook y hasta eliminaron nombres de las involucradas de algunas web institucionales. Nada que sorprenda. Solo se reafirma que lo publicado no está nada alejado de la realidad. |