En la madrugada del 25 de octubre, cuando los gases lacrimógenos ya se habían dispersado, ya no se escuchaban los tiros de balas de goma y con 27 detenidos, el gobierno obtuvo en diputados, la media sanción del Presupuesto 2019 dictado por el FMI. Contó para ello con los votos prestados de parte del peronismo y de los diputados y las diputadas que responden a los gobernadores.
De más está decir que el presupuesto del "déficit cero" es una mentira. Las cifras hablan por sí mismas: aumentan los gastos en pago de deuda llegando a 600 mil millones (casi 50 % de aumento) y se recorta en todas las áreas sociales (educación y cultura 10 %, vivienda 17 %, universidades 18 %, hospitales nacionales de alta complejidad 17 %, promoción de salud 35,8 %, al Instituto de la Mujer le recortan un 55 %). De esta forma peligran áreas sensibles en todo el Estado, programas enteros en los que desarrollamos nuestras tareas con los sectores más vulnerables, mientras se congela la planta de trabajadores y trabajadoras, peligrando todos los contratos precarizados, y se recortan los salarios. Enfrentar este presupuesto tiene en este sentido, un doble sentido para los y las estatales que cada día en condiciones cada vez más precarias y son salarios de miseria desempeñamos nuestro trabajo justamente en esas áreas que sufrirán un brutal ajuste.
No sorprende cómo Cambiemos, sin tener mayoría en ninguna cámara, logra votar esta ley de leyes. Desde que asumió consiguió siempre contar con los votos prestados de un sector del peronismo para ir pasando el ajuste. La otra pata cómplice es aquella CGT oficial, que hacía pocos días posaba para la foto en el acto del 17 de octubre en Tucumán, y que no apareció ni por asomo por el Congreso. Pero nadie se asombra de esta conducción que se dedica a convocar a medidas aisladas sin fechas claras mientras deja pasar todos los ataques del gobierno. El ejemplo más claro para los/as estatales es el rol de Andrés Rodríguez de UPCN, que dejó pasar miles de despidos y negocia salarios de miseria.
Así la bronca de millones no puede canalizarse para enfrentar hoy a Macri y todo su plan acordado con el FMI.
Próximo round: senadores
El 14 de noviembre es la fecha tentativa para que este presupuesto pueda aprobarse y empiezan a moverse todas las fichas. Frente a un senado plagado de dinosaurios que han demostrado repetidas veces no temblarles el pulso para votar en contra de la mayoría de las mujeres, jubilados, jubiladas, trabajadores y trabajadoras, tenemos que redoblar los esfuerzos para impedirlo. Somos millones quienes nos oponemos a este nuevo saqueo y es necesario organizar esa bronca, para lograr masividad y que los/as senadores/as sientan esa presión en las calles.
Los límites de la movilización ante la cámara de diputados deber ser la base de un debate profundo para poner todas las fuerzas para derrotar a Macri y el FMI hoy, en el 2018.
Las y los estatales fuimos protagonistas de numerosas batallas contra los ataques de Cambiemos. Tan solo en Septiembre, con los anuncios de recortes de Ministerios, volvimos a ser miles en las calles. ¿Por qué no redoblar esas fuerzas para enfrentar este brutal presupuesto?
Desde ATE podemos poner en pie una campaña entre los y las estatales, con asambleas comunes para sumar a la pelea a no afiliados/as y afiliados/as a UPCN y también organizar a los/as usuarios/as de los programas que hacemos funcionar a diario y que hoy peligran ante este ataque (como en los hospitales públicos, donde podemos sumar a pacientes, o a las familias desde las escuelas públicas).
Debemos lograr un Frente Único para derrotar el presupuesto de ajuste, exigiendo paro nacional a todos los sindicatos y centrales.
La unidad es el camino, ¿pero qué unidad?
"La unidad es el camino", es el slogan de la conducción de ATE CABA, la kirchnerista lista Verde y Blanca. Así es que llevaron a nuestro sindicato tras el nuevo Frente Sindical junto a Moyano, Pignanelli y a la CTA de Yasky, obviamente sin consultar a sus afiliados/as. Un Frente Sindical “opositor”, en el que esa "unidad" no tiene como centro derrotar el ajuste de Macri y el FMI hoy, sino aportar en la interna del peronismo de cara a las elecciones del 2019, con la veña del Vaticano.
Fue este Frente quien 4 días antes de la votación del presupuesto, se movilizó masivamente a Luján. Según sus organizadores participaron 800 mil trabajadores/as de una misa por “pan y trabajo”. Pero ante el Congreso para impedir que se vote el presupuesto (que nos quitará el pan y el trabajo), no convocaron mucho más que a 5 mil y sin paro, a excepción de ATE.
El miércoles, la conducción de ATE CABA convocó al paro y movilizó solamente al activismo del sindicato al Congreso, movilizó mucho menos de lo que suele movilizar en otras instancias. Aunque incluso ATE CABA bancó la represión. Junto a la Marrón-MAC y el PTS y otras corrientes, volvimos a la plaza de los dos Congreso luego de la represión, para que la plaza no quede vacía como pretendía el gobierno.
Sin embargo esto no alcanza para frenar la votación en el Senado. Como debatimos en todos los plenarios de delegados/as de nuestro sindicato, es necesario poner en pie una campaña en todo el estado con asambleas comunes para movilizar miles y no solo al activismo. Además debemos pelear por imponerle a las demás conducciones gremiales, que se dicen opositoras, la unidad en las calles y con los métodos de la clase obrera; un plan de lucha de conjunto con paro nacional para movilizar a millones. Lo opuesto es buscar unidad con personeros como Pignanelli, quien no es más que un burócrata traidor de los metalmecánicos, al igual que lo es Andrés Rodríguez hacia los y las estatales.
No podemos permitir que se imponga la estrategia de esperar al 2019, mientras Macri y el FMI descargan la crisis sobre las espaldas del pueblo trabajador. Camioneros de Moyano, Bancarios de Palazzo y el Smata de Pignanelli, el subte de la AGTSyP, y aeronáuticos por nombrar algunos gremios no pararon ante la votación en diputados. Por su parte, docentes movilizó muchísimo menos que en otras oportunidades. ¿Qué rol de oposición cumple entonces este Frente Sindical? Debemos exigirles a estas conducciones que pasen de los dichos a los hechos y enfrenten de verdad el presupuesto de ajuste.
Todo lo que no se haga hoy, fortaleciendo la movilización de los trabajadores y el pueblo, dará aire al macrismo y la derecha para seguir avanzando. Ante los resultados en Brasil una de las primeras lecciones que podemos sacar del país vecino es, como señala Fernando Rosso, que "Bolsonaro fue un producto -entre muchas otras cosas- de las capitulaciones de las organizaciones sindicales, políticas y sociales ante las avanzadas del ajuste y la derecha en Brasil. Las batallas que no se dan no sólo facilitan el avance del enemigo, sino que también siembran la desmoralización en las propias filas. Esa es una lección central que hay que sacar para la disputa inmediata que se viene contra el Presupuesto en el Senado y más a mediano plazo sobre la necesidad de cambiar radicalmente a las organizaciones sindicales".
Desde la Marrón Clasista, insistiremos en poner en pie un Frente Único para derrotar el presupuesto. La tarea es ahora, nada puede distraernos. |