En Chivilcoy, a 160 km de la Ciudad de Buenos Aires, toda la población está en estado de alerta por la posibilidad de cierre de la fábrica ensambladora de calzados de capitales brasileros, Paquetá.
Las políticas económicas del gobierno, con la apertura indiscriminada de las importaciones, los tarifazos, la recesión y consecuente caída del consumo; vienen golpeando fuertemente al sector industrial.
Tras la apertura, las importaciones de calzado aumentaron un 53,19 por ciento con respecto a 2015. Según el INDEC, sólo en 2017 fueron importados 34.603.032 pares de calzados terminados, un 25,93% más en relación al año 2016.
Paquetá es proveedora de la multinacional Adidas, su principal cliente. En Agosto, otra empresa que producía para Adidas cerró en Esteban Echeverría dejando a más de 500 trabajadores en la calle. En Lanús, Coronel Suarez y Las Flores, donde se encuentran otras empresas de calzado los despidos golpearon fuertemente.
En Paquetá, la situación de crisis viene profundizándose desde hace meses. Primero fueron los retiros voluntarios que hubo en agosto, hoy la totalidad de los trabajadores ven peligrar su fuente de trabajo ante la posibilidad de cierre. Desde el 2015 se perdieron 300 empleos en la empresa.
En la semana se realizaron reuniones entre representantes de Adidas, Paquetá, el Ministerio de Producción nacional y el Ministerio de Trabajo de la provincia pero, lejos de una solución, la propuesta que surgió por parte de la empresa es el ofrecimiento de 200 retiros voluntarios. Esto a pesar de las ganancias que sostiene desde que se radicó en Chivilcoy, hace 12 años.
El intendente del municipio, Guillermo Britos, se acercó hasta la fábrica y les manifestó a los trabajadores que el municipio “había hecho un gran aporte para que la empresa se instale, a través de la construcción de la nave, que sigue siendo propiedad del municipio. Si la empresa decide cerrar (…) el municipio va a garantizar que las fuentes laborales continúen. Pero no depende del municipio, ustedes no son empleados municipales. Vamos a gestionar lo posible para que no se pierda la fuente laboral, pero no somos la empresa y no somos Adidas y no depende de nosotros que siga todo como está.”
Consultados por este diario, los trabajadores recuerdan que hace pocos meses el intendente decidió no promulgar una ordenanza de Emergencia Laboral sancionada por el Concejo Deliberante local en mayo.
El Estado viene otorgándole a la empresa distintos beneficios económicos. A principios de 2018 contó con un subsidio (REPRO) del Ministerio de Trabajo, que cubría un porcentaje del salario de los trabajadores y la empresa lo rechazó. Además, tuvo la exención del impuesto sobre los Ingresos Brutos en la provincia de Buenos Aires. Y en las últimas semanas se rebajaron un 20% los aranceles que gravan la importación de los componentes del Calzado Deportivo, siendo Paquetá una de las principales impulsoras de la medida.
Pero como ocurre en cada crisis económica, las empresas no dudan cuando ven aminorar sus ganancias. El cierre y la pérdida de cientos de puestos de trabajo es la salida que tienen las patronales para no perder nunca y que la crisis la paguen los trabajadores.
Frente a esta situación, los trabajadores paralizaron la totalidad de la fábrica por dos días ante esta situación y organizaciones sociales marcharon hacia el Parque Industrial y realizaron un corte en la ruta 5 para solidarizarse con el conflicto.
El sindicato, UTICRA, convocó a todos los gremios y a la comunidad de Chivilcoy que realizar una volanteada en la ruta 5, en el kilómetro 160.500 -Parque Industrial- para el día lunes 5 de noviembre a las 15 hs.
En la Legislatura provincial y en el Congreso Nacional se han presentado iniciativas para exigir al Estado nacional que dé respuestas ante lo que podría ser una crisis económica y social de magnitud para Chivilcoy.
Los trabajadores solicitan a los medios que se hagan eco de la desesperante situación que vienen atravesando ante el cierre inminente, para que el conflicto trascienda a nivel nacional.
La CGT y los sindicatos que no movilizaron toda su fuerza para frenar la media sanción del presupuesto de ajuste, vienen dejando pasar esta situación en las fábricas y anunciaron la posibilidad de un paro recién para fines de noviembre. Mientras, los empresarios siguen descargando la crisis sobre los trabajadores con despidos y cierres de empresas
No se puede esperar hasta el 2019. Hay que rodear de solidaridad cada lucha en defensa de los puestos de trabajo y contra los despidos y cierres que se vienen dando en todo el país. Por eso es necesario que las centrales sindicales se pongan al frente de un verdadero plan de lucha para derrotar los planes del gobierno, el FMI y las patronales que pretenden que la crisis la pague el pueblo trabajador con desocupación y miseria. La lucha es ahora. |