En un comunicado emanado el 31 de octubre, la Directiva Nacional de la confederación de trabajadores de la salud municipal, llamó a adherir al paro convocado por la CUT enfatizando:
"estando en antecedentes de los distintos estados de ánimo de nuestras 27 federaciones, partiendo de la base de estar obligados a hacernos parte activamente de la convocatoria a la jornada del 8 de Noviembre, este Directorio Nacional convoca a todas sus federaciones y asociaciones de base afiliadas a la CONFUSAM, a participar activamente en la fecha señalada en una Jornada de Protesta y Movilización Nacional..."
Sin embargo, más adelante señala "debiendo cada una de nuestras federaciones resolver de manera autónoma las distintas modalidades de movilización que consideren pertinentes y posibles en base a cada una de las distintas realidades regionales a lo largo del país."
¿Y es que acaso no bastó con el papelón de convocar a paro nacional el 25 de octubre y bajarlo "desde arriba" un día antes? ¿No es la oportunidad de salir con una sola voz a nivel nacional para enfrentar los recortes salariales y las reformas a la salud, las previsiones, etc? Pues la derecha no escatimará en pasar su agenda, menos si se llama de forma tan desorganizada a movilizarse este 8 de noviembre.
Pareciera que las direcciones desconocieran que las "distintas realidades regionales" responden a los mismos problemas nacionales, de todos y todas las funcionarias, tanto en sus demandas gremiales (recortes, seguridad, incentivo al retiro y demás puntos del pliego) como a aquellas consecuencias que traerán las reformas de Piñera que en nada vienen a mejorar sus condiciones.
Tomemos en cuenta que el gobierno ya estimó que FONASA tendría un recorte de presupuesto de 115 mil millones de pesos y FONASA Plus no sería una respuesta a los problemas de la Salud Pública ante lo cual, dicho sea de paso, la CONFUSAM hizo un voto político para enfrentar dicha reforma.
Si a todo esto le sumamos que siendo la primera semana de noviembre aún no hay luces de cómo serán las negociaciones por el reajuste del sector público, se hace más necesario que nunca actuar como "un solo puño" y no parcelada o federativamente; pero son las asociaciones de base que deben exigir un plan de lucha ante la política del gobierno, donde el 8N sea un PARO EFECTIVO y el pie inicial para enfrentar las reformas de salud, previsional, laboral y un digno reajuste del sector, no con la debilidad mostrada el 2017. Exigir asambleas extraordinarias y activas de cara al 8 de noviembre es una tarea mínima que las bases deben tomar en sus manos si no quieren sentir la agenda neoliberal pasando por sus bolsillos como si nada.
Adjuntamos comunicado:
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