El presidente Donald Trump, destacó mediante un mensaje de la red social Twitter a la Policía local. "Gran valentía mostrada por la Policía. La Patrulla de Carretera de California estaba en la escena de los hechos en tres minutos y el primer agente en entrar disparó en numerosas ocasiones. Ese sargento del alguacil murió en el hospital. Dios bendiga a todas las víctimas y familiares de las víctimas", dijo Trump en su cuenta.
Según informó el sheriff local, en el local llamado Borderline Bar and Grill, se estaba desarrollando la fiesta estudiantil "Noche de Country" con "centenares de personas" la mayoría estudiantes universitarios.
Las autoridades locales no han informado los posibles motivos del ataque y no han confirmado la identidad del atacante, solo confirmaron que se trata de un hombre blanco fuertemente armado.
El tiroteo vuelve a poner el alerta sobre los ataques con armas en Estados Unidos, cuando aún está vivo el recuersdo del ataque en en una escuela secundaria Stoneman Douglas en Parkland, Florida, el14 febrero de este año. En esa ocasión un exalumno expulsado por indisciplina lanza varias bombas de humo antes de disparar con un fusil de asalto y matar a 17 personas.
Esa masacre de Parkland, generó un movimiento, que fue impulsado desde abajo en muchas escuelas. También contó desde el principio con un respaldo de figuras y legisladores demócratas, que buscaban sacar provecho de la movilización de los jóvenes para tratar de hacer daño a sus competidores republicanos en un año electoral, y también intentar horadar la figura de Trump en este terreno.
Otro ataque reciente fue el del 27 octubre en el que once personas mueren y 6 resultan heridas en el tiroteo en la sinagoga en la ciudad de Pittsburgh (Pensilvania), llevado a cabo por Rob Bowers, un supremacista y ultraderechista que fue detenido.
Uno de los más mortíferos fue el ataque de un hombre que disparó desde la habitación del hotel en el que se alojaba contra la multitud que asistía a un concierto de música country en Las Vegas y mata a 58 personas antes de acabar con su vida.
Ante este nuevo ataque volverá a ponerse en primer plano el debate sobre el control de armas. El Partido Demócrata insiste en un pedido recurrente en la administración de Obama, el de mayores controles para la portación de armas, pero sin cuestionar los factores que alimentan el círculo de violencia estatal, racismo, militarización y más violencia. Mientras desde el Partido Republicano se amparan en la segunda enmienda, que permite la tenencia de armas en la población.
A diferencia de lo que plantea el discurso demócrata, en Estados Unidos no existe un problema de armas en general, existe un problema con quienes poseen las armas y a quiénes atacan: principalmente se trata de varones blancos que atentan contra grupos oprimidos, en su mayoría mujeres, negros, latinos y personas de la comunidad LGBT. Los ataques indiscriminados, son casos excepcionales.
La ausencia de ese cuestionamiento termina dejando indemne al actual discurso de Trump y su cruzada en defensa de los “valores americanos”, que fortalece a los sectores reaccionarios y a la derecha conservadora (incluyendo a sectores de élite como los que financian la Asociación Nacional del Rifle pero también a sectores medios y bajos sin perspectiva). Y a contramano del relato de Trump, el enemigo no llega de tierras lejanas o influenciado por alguna creencia foránea, hace tiempo que está en casa y está armado hasta los dientes. |