Actualmente existen 139 investigaciones en curso contra 190 sacerdotes y diáconos de la Iglesia Católica y que implican a 245 víctimas, más de la mitad eran menores al momento en el que se produjeron los hechos.
A pesar de las cientos de denuncias, no hay fuentes que den a conocer la identidad de las personas que están siendo investigadas en la actualidad. Sin embargo, mucho son los casos que se han hecho públicos en el último periodo que dejan al descubierto la red de abusos y encubrimiento con la que opera esta institución, se conocen casos como el del cardenal Ricardo Ezzati, o el de Cristián Precht, por nombrar algunos.
Todo esto sale a la luz en el marco de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal que se está desarrollando, la cual reúne a decenas de obispos para analizar las políticas de reparación y prevención ante los escándalos. Pero, ante estas delicadas situaciones, en donde se ven involucrados no sólo niños y niñas, sino también miles de familias, hay que tener algo muy en claro y es que a pesar de los intentos e “iniciativas” que busca llevar adelante la Iglesia para limpiar su imagen, no se puede borrar que a lo largo de estos años ha quedado demostrado su modus operandi, actuando en base a un silencio cómplice, participación directa en casos de abuso e hipocresía total.
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Por su parte, el Estado chileno si bien se define como separado de la Iglesia, sobran las manifestaciones que dan cuenta de lo contrario. Como hecho principal está que si hoy el Gobierno no da paso a la aprobación de demandas como el aborto legal, libre, seguro y gratuito o a una ley de identidad de género o matrimonio igualitario es porque existe interferencia de la Iglesia en las decisiones que se puedan tomar en el parlamento. Se puede observar a simple vista que quienes toman las decisiones en este país no son las mujeres, los estudiantes o los trabajadores sino que la misma Santísima Trinidad: Gobierno, Iglesia y empresarios.
Separación efectiva de la Iglesia y el Estado
Tiempo atrás comenzó con la apostasía masiva en la tierra del Papa (Argentina) que luego comenzó a replicarse en Chile. Aunque no se desarrolló de forma masiva, el avance de la Iglesia a nivel internacional muestra cuán necesario es que todo Latinoamérica tome en sus manos la campaña por la separación efectiva de la Iglesia y el Estado. |