Desde hace varios meses, venimos sosteniendo un debate con los compañeros de la UJS-PO sobre cuál debe ser la política de la izquierda en el movimiento estudiantil ante el ajuste de Macri y el FMI. A su política de alianzas con sectores kirchneristas en la FUBA (co-presidencia con la Mella), le sumaron este año la alianza en Medicina con La Mella y los papales de La Dignidad, y en Agronomía con el FANA, ligados a Movimiento Evita. Ahora dan un nuevo salto con el llamado explícito a La Cámpora para conformar una lista para la el congreso (que aún no fue convocado) de la FUBA. Con la línea de unificar a toda la oposición a Macri en un frente común, la UJS se embarca como impulsor del “frentepopulismo”, una política enemiga de la tradición del trotskismo.
Golpear juntos sí, nunca confundir las banderas
El zigzag de Julián Asiner para intentar fundamentar el llamado a hacer una lista común con las “agrupaciones que se referencian con el nacionalismo burgués, desde La Mella hasta La Cámpora” es tan insólito, que parece escrito por un militante kirchnerista de los que defienden la unidad hasta con Felipe Solá.
¿Se les escapa que La Cámpora es una agrupación del riñón mismo del gobierno anterior, que aportó funcionarios claves a la gestión del estado capitalista, y que entre otras cosas proponía como ministro de educación en 2015 a Barbieri ( el rector que la UJS quiere enfrentar con este armado)? ¿Y que fueron parte de un gobierno que llevó adelante brutales represiones contra lxs trabajadorxs para defender multinacionales como Lear, Kraft y tantas otras? ¿Para la UJS es lo mismo desarrollar acciones comunes en la lucha que hacer listas electorales? En la tradición del trotskismo no es lo mismo.
León Trotsky planteaba que: “Los acuerdos electorales, los regateos parlamentarios concluidos entre el partido revolucionario y la socialdemocracia [reformistas] suelen servir, por regla general, a la segunda. Un acuerdo práctico de cara a acciones de masas, por objetivos de lucha, se hace siempre, en provecho del partido revolucionario” (*), diferenciando claramente uno y otro terreno. El derrotero de las alianzas electorales de la UJS en la FUBA los últimos 15 años confirman esta regla general: no solo crecieron las organizaciones ligadas al kirchnerismo, que reúnen más delegados que antes, sino que también avanzó su contenido de “frente anti-macrista”, como lo demuestra el hecho de que hasta el PO termina adoptándolo como propio (todo lo contrario a su mundo de fantasía donde La Mella giró a un “discurso de izquierda”).
Desde otro lugar, las listas de las agrupaciones que defendemos el programa del Frente de Izquierda, de las cuales también fue parte la UJS, que impulsamos con cientos de activistas que fueron parte de la lucha educativa y del movimiento de mujeres, fue la política que desarrollamos desde la juventud del PTS y las agrupaciones que compartimos con compañeres independientes. Esta orientación ( que se hizo efectiva en Filo, Sociales, Psicología, Económicas, Derecho, FADU) es la que permitió nuclear y referenciar a franjas del movimiento estudiantil para una perspectiva política independiente y junto a lxs trabajadorxs, para que la juventud se ponga al frente, enfrentando al gobierno de Macri, que junto con el FMI vino a saquear el país, al mismo tiempo que dar una fuerte lucha política con el obstáculo del kirchnerismo, que se mostró enemigo de desarrollar cualquier fuerza social independiente. ¿Porque la UJS quiere poner esta conquista al servicio de una política totalmente contraria, que implicaría un retroceso respecto de este programa común que hemos conquistado, inisitimos, en la mayoría de las facultades?
Esta experiencia la hicimos confluyendo en la lucha, en asambleas, cortes y movilizaciones, con organizaciones ligadas al kirchnerismo, sí. Pero lo hicimos dando una lucha política con esas organizaciones alrededor del programa y de cómo golpear al gobierno, apostando a que en la dinámica de la lucha se supere y sobrepase a las direcciones conciliadoras del reformismo. De eso se trata la unidad en la acción, que al mismo tiempo que tiene objetivos concretos para la lucha, busca fortalecer el ala izquierda, a los revolucionarios, dentro de ese marco. Es lo que Trotsky sintetizó en “golpear juntos, marchar separados” (**). Lo ¿curioso? es que en el terreno de la lucha la UJS también optó por conciliar con el reformismo. En la asamblea interestudiantil de Plaza de Mayo cedieron al programa político del kirchnerismo votando con ellos y negándose a exigir a la conducción de Conadu un plan de acción para continuar la lucha justo cuando estaban negociando con el macrismo cerrar la paritaria. El bloque entre los kirchneristas y la UJS fue derrotado en la asamblea frente a la moción que presentamos con las agrupaciones de la juventud del PTS e independientes que apoyaron cientos de activistas, que nos permitió seguir confluyendo en la lucha pero con banderas claras y diferenciadas.
Los 15 años de acuerdos electorales con reformistas, en congresos de la FUBA, regimentados por los aparatos y sin participación estudiantil, no son gratuitos. Llevaron a la UJS a una confusión tal, que esos acuerdos los trasladó incluso a confundir banderas en el terreno de la lucha, y hablar de un programa común, privilegiando sus acuerdos con La Mella y los kirchneristas (siempre pensando en la FUBA y su autopreservación, no en el desarrollo de la lucha). La coronación de llamar explícitamente a una lista común con La Campora no cae del cielo.
Palabras vagas o hechos
El oportunismo de esta línea de "unidad anti Macri” de la UJS se sintetiza en su frase “no queremos palabras vagas sino hechos”. Si palabras “vagas” son “independencia política”, “derecho al aborto”, “organización estudiantil”, “alianza con el movimiento obrero”, y “hechos” son embellecer al kichnerismo, la definición parece acertada.
La propuesta que hace la UJS es “que se fije un programa de reivindicaciones fundamentales de la universidad y del movimiento estudiantil, y un plan de acción para obtenerlas”. Pero en ningún momento dicen cuáles son. ¿Partiría de las conclusiones del último conflicto educativo? ¿Plantearía lo que votaron masivas asambleas como el no pago de la ilegítima e ilegal deuda externa y que haya más plata para educación? ¿O cómo piensa la UJS plantear reclamos “elementales” para la universidad sin cuestionar el ajuste macrista, la complicidad peronista y de la iglesia? ¿Qué dirá ese programa por el derecho al aborto y la Iglesia? Tampoco proponen ninguna medida de lucha. Por el contrario hablan de hacer un congreso de la Federación en abril de 2019 (¡!), sin importar la próxima votación del presupuesto el 14 de noviembre, ni la movilización del 25 de noviembre contra la violencia hacia las mujeres, ni prepararse para intervenir en la próxima cumbre del G20 donde estarán Trump y Bolsonaro, ni apoyar ninguno de los conflictos obreros en curso.
Si dejamos las palabras vagas del PO y nos remitimos a los hechos, lo que demuestran es que su único objetivo es preparar una negociación para mantener la co-presidencia con La Mella en la FUBA, y no quedar subordinados a la superioridad de delegados del bloque entre la Mella y el kirchnerismo. Recordemos que no hay ninguna convocatoria de congreso para elegir autoridades de la federación, a pesar del entusiasmo del PO para plantear la alianza con La Cámpora. Y también que, sin quórum propio, no se recuerda que la Franja Morada haya participado de algún congreso en la última década (por eso hicieron una “FUBA paralela” en base a maniobras fraudulentas). Golpear con palabras vagas para negociar pareciera ser la política del PO. Y ponerlo en términos de “campos” y no de una política de clase, los acerca más a una línea de “Frente Popular”.
¿La Única Salida?
La UJS no sólo plantea el debate de la FUBA en escenarios que ni siquiera están planteados por el momento, sino que no se les ocurre otra salida más que la rosca electoral. Siempre en los términos de las fuerzas políticas del régimen, que heredó la Federacion de los tiempos de la Franja Morada, y que el PO nunca desterró.
El debate es cómo enfrentar a la Franja Morada, y sobre todo como poner a las organizaciones del movimiento estudiantil, como los centros de estudiante y federaciones en función de la lucha para enfrentar el saqueo del FMI. Acotar este debate a la rosca electoral, ademas de errado, es por completo impotente, como se viene demostrando.
Por suerte hay otra alternativa a la que plantea la UJS, y es confiar en el terreno de la acción y la lucha, el más favorable para la experiencia de amplios sectores del movimiento estudiantil para una política independiente y combativa. ¿Por qué no aprovechar la legitimidad de tener 9 centros de estudiantes que se dicen opositores a la Franja Morada y convocar a un Congreso Extraordinario Estatuyente que tire por los aires los estatutos morados y discuta una revolución programática y organizativa de la Federación? Un congreso de este tipo, basado en asambleas en todas las facultades, con los estudiantes como protagonistas, en donde se discuta un programa de acción para el saqueo en curso y formas nuevas de organización como los cuerpos de delegados y las comisiones de base, serían la mejor respuesta al “modelo morado”, y la vía para que el movimiento estudiantil intervenga como actor político para frenar el ajuste de Macri y el FMI. Pelando para que participen también todos los centros, incluso los que conduce la Franja Morada y sus aliados, donde podríamos hacer una experiencia con cientos de estudiantes de esas facultades. En un eventual congreso, la juventud del PTS se opone a hacer listas comunes con La Cámpora y La Mella. Pero sí impulsaríamos un acuerdo democrático (que no puede ser más que momentáneo y por ese único punto) con quienes quieran transformar la federación y derrotar a la Franja Morada y su política, con la fuerza del movimiento estudiantil y de mujeres para iniciar un proceso estatuyente basado en asambleas y debates abiertos y democráticos.
Los delegados que obtuvo la izquierda junto a activistas e independientes en estas elecciones fueron conquistados con un programa de independencia política y junto a lxs trabajadorxs, que compartieron miles de estudiantes en la UBA que no ven en el kirchnerismo una salida para enfrentar a Macri. En facultades como Psicología incluso fue debatido y votado este programa en asamblea con activistas, que el PO rompería de ir a un acuerdo político con La Mella y La Cámpora en la FUBA. El programa que permitió conquistar esa fuerza es el que se tiene que poner en juego.
Si hay algo estratégico en este momento es la pelea por la independencia política de los trabajadores, la juventud y las mujeres, cuando frente al enorme saqueo de Macri y el FMI, la salida que quiere el peronismo y el kirchnerismo es un cambio electoral de gobierno, sin desarrollar la pelea en los sindicatos que tienen un gran poder de fuego, junto a los centros y federaciones estudiantiles para que la crisis no la paguen los trabajadores. Los “frentes anti macri” contribuyen a esta catástrofe que va a llevar a un país arrasado por una deuda impagable. Por eso es una tarea estratégica construir una alternativa política que lo pelee en los hechos, como le venimos planteando a los compañeros del PO y lxs activistas del movimiento obrero, de las mujeres y estudiantil, con la propuesta de avanzar en un partido unificado de la izquierda.
(*)"Por un frente único obrero contra el fascismo", León Trotsky (1931)
(**) “¡Ninguna plataforma común con la socialdemocracia o los dirigentes de los sindicatos alemanes, ninguna publicación, ninguna bandera, ningún cartel común! ¡Marchar separados, golpear juntos! ¡Ponerse de acuerdo únicamente sobre la manera de golpear, sobre quién y cuándo golpear! Uno puede ponerse de acuerdo con el diablo, con su abuela e incluso con Noske y Grzesinsky. Con la única condición de no atarse las manos.” (Ídem)
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