“Oficialmente, nunca declaramos que íbamos a hacer paro”. Parece un chiste, una joda. Pero no lo es. Son las declaraciones de Carlos Acuña, uno de los dirigentes de la CGT.
El también titular del gremio que agrupa a los empleados de las estaciones de servicio parece no conocer el pudor. Esas palabras fueron la “explicación” del dirigente sindical a la hora de justificar haber levantado una medida de fuerza de la que habían hablado en reiteradas ocasiones a lo largo de las últimas semanas.
“Nunca dijimos que iba a ser de 36 horas. Yo sí dije que estábamos pensando en un cese de actividades con movilización las primeras 12 y después sí paro”, agregó el hombre que responde a Luis Barrionuevo.
Agregó además que “entre hacer un paro ahora, convocarlo para antes de las fiestas, por decir algo, yo prefiero que los trabajadores tengamos $ 5.000 más en el bolsillo para pasar las Fiestas”.
Pero las declaraciones lindantes con el ridículo no terminaron ahí. Además señaló “tenemos todo el tiempo del mundo para hacer todos los paros y las movilizaciones que sean necesarias”.
Ese tiempo que parece sobrarle a la dirección burocrática de la CGT no es el mismo para los y las trabajadoras de empresas como SIAM, donde acaban de producirse 20 nuevos despidos. O para los trabajadores de Shell, donde este domingo tres trabajadores sufrieron accidentes de gravedad.
A eso sirve sumar que los $ 5.000 que Acuña parece festejar, está muy lejos de recomponer la pérdida salarial sufrida por el conjunto de los trabajadores.
La Izquierda Diario estimó en más de $23.000 el monto que debería implicar el bono para compensar la caída salarial.
El 7 de marzo de 2017, Carlos Acuña fue uno de los que tuvo que abandonar corriendo el escenario de un acto llamado por la CGT. Lo que sobraron ese día fueron los insultos contra su persona. No cabe duda de que, cuando hace declaraciones como las de este domingo, alimenta ese mismo sentimiento entre millones de trabajadores. | 
