El primer grupo de la caravana migrante llegó la tarde de ayer a la ciudad de Tijuana, Baja California, en la frontera con Estados Unidos. Se trata de 85 personas de la comunidad LGBTI+.
Según informa Sin Embargo, este grupo se adelantó con el objetivo de llegar primero Tijuana y, “por una vez, no ser relegados y ser tomados en cuenta”, pues denuncian que a lo largo del camino han sufrido discriminación, que se ha expresado en quedar al último para bañarse y no alcanzar agua o no alcanzar comida, así como en violencia verbal.
Junto con las mujeres (varias embarazadas), infantes y personas de la tercera edad, se trata de uno de los grupos más vulnerables que integran la caravana.
A su llegada, el contingente de la diversidad sexual se alojó en un domicilio particular ubicado en Playas de Tijuana. El plan es esperar el arribo se sus representantes para solicitar asilo en la garita El Chaparral.
A su vez, el grueso de la primera caravana salió este lunes muy temprano de Irapuato, Guanajuato, para dirigirse a Guadalajara, Jalisco, en su camino a Estados Unidos. Una avanzada de este grupo llegó ayer a Tepic, Nayarit.
Para esta tarde se espera el arribo de la segunda caravana a la Ciudad de México, mientras que la tercera caravana arribó este domingo al municipio de Rodríguez Clara, Veracruz.
En la frontera con Guatemala, agentes migratorios continúan deteniendo el paso de migrantes centroamericanos, a quienes se les recluye por miles en el “albergue” de la Feria Mesoamericana, en espera de resolver su situación.
Mientras las caravanas que atraviesan el territorio nacional padecen el acoso de las autoridades mexicanas y la violencia de la delincuencia organizada, desde Estados Unidos el presidente Donald Trump ha implementado un nuevo reglamento que prohíbe otorgar asilo a quienes ingresen a territorio estadounidense de manera ilegal. Quienes incumplan con la norma serán arrestados, procesados y deportados.
La frontera entre México y Estados Unidos se encuentra militarizada, además de la presencia de grupos civiles armados para “colaborar” en impedir el paso a los migrantes.
Ante la crisis humanitaria que pende sobre los migrantes centroamericanos y las amenazas del imperialismo estadounidense, se hace indispensable la más amplia solidaridad obrera y popular a ambos lados de la frontera, exigiendo libre tránsito y plenos derechos sociales y políticos para todas y todos.
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