A la oleada de protestas de los trabajadores de empresas del Estado y de la administración pública comienzan a sumarse luchas en sectores de la clase obrera de la industria privada, donde los lugares más visibles se dan en los estados como Carabobo y Aragua. La de los obreros de la Ford es sólo una de las caras más visibles en este proceso, paralizando la empresa.
Es que mientras el gobierno de Maduro viene exonerando del paquetazo a todas las empresas nacionales y transnacionales permitiéndoles no pagar impuestos y muchos otros beneficios, éstos pagan salarios de hambre eliminando al mismo tiempo conquistas históricas de los trabajadores. Política en acuerdo con el propio gobierno, quien desde el Ministerio del Trabajo dictaminó que las empresas pueden revisar todos los derechos obreros que sean “onerosos” para las empresas.
“Laboramos de lunes a viernes, en un horario dedicado de 7:00 am hasta las 3:30 pm con un salario de bsS 60 diarios, ¿Ustedes creen que eso nos alcanza para vivir y comer?”, denuncian los trabajadores de la Ford, “eso no me alcanza ni para un kilo de queso y esa es la realidad que estamos viviendo todos los venezolanos”.
En la huelga, 150 trabajadores paralizaron sus labores para denunciar los bajos salarios, apenas un salario mínimo de 1800 bolívares soberanos. Explicaron que algunos obtienen el subsidio por parte del Gobierno de Bs.S 1.770, que denunciaron “no les alcanza para nada” ante la creciente hiperinflación que vive Venezuela.
De acuerdo a lo reseñado por el diario El Nacional, que dio a conocer el inicio de la huelga, la misma comenzó sin anuencia del sindicato, según denuncian los trabajadores. El sindicato, revelaron los huelguistas, no está realizando la labor de acuerdo con lo que los trabajadores necesitan. “Solo responden con pretextos”.
“No es justo que estemos produciendo unos carros, trabajando para una empresa transnacional y no percibamos un sueldo digno”, declaró Melquiades Balzar, trabajador de la empresa, indicando que el salario no les permite cumplir con el sustento del hogar y su familia.
Melquiades remarca: “Siempre dicen que la empresa no tiene dinero, que ocurrirá lo mismo que en otras empresas de motores. Nosotros lo que queremos es que esos trabajadores sean tomados en cuenta, tanto en salario como en trabajo”, explicando que la empresa les dio “un bono de Bs.S 18.000, lo cual no alcanza ni para unos juguetes o un par de zapatos, que tienen un precio de 25.000 bolívares. ¿Qué vamos a hacer nosotros? ¿No vamos a llevar comida a nuestros hogares?”.
Otra cuestión denunciada por los obreros de la Ford son los aguinaldos. Explican que el monto de las utilidades está entre Bs.S 3.000 y 4.000, y las bonificaciones no son suficientes para los trabajadores que tienen hijos; “ese dinero no alcanza para comprar ropa o regalarles algún juguete en Navidad”.
Los trabajadores aseguran que mantendrán en huelga hasta que les resuelvan la problemática de los salarios y la empresa les otorgue un “salario digno y bonificaciones” que correspondan el trabajo que realizan.
La lucha de los trabajadores de la Ford pone al desnudo que los ataques a las convenciones colectivas y la pulverización del salario del salario que lleva a cabo Maduro es una política llevada a cabo también por los capitalistas privados, existiendo una clara alianza entre el gobierno y los empresarios.
Es que ya no es que los empresarios locales y transnacionales aplicarán en los contratos colectivos en sus empresas lo que comienza a determinar el gobierno, ellos ya lo vienen haciendo. Solo que ahora lo ejecutan con la venia gubernamental, levantándose así una verdadera tenaza que nos hacen entre el gobierno y todos los capitalistas, incluidas las transnacionales.
Desde hace tiempo no se respetan las convenciones colectivas en las empresas privadas y se pagan salarios por el piso. Recordemos que las cámaras empresariales pusieron el grito en el cielo cuando Maduro decretó un aumento de salario mínimo que aparentaba ser “alto” pero que en términos reales era un salario de hambre (30 dólares al mes ese momento, es decir, 1 dólar diario), alegando éstos que eso “llevaría a la quiebra” a sus empresas. Un salario de hambre que además en menos de tres meses ya se redujo a 6 dólares al mes.
Y ahora aplauden la eliminación de conquistas laborales. Es un paraíso de mano de obra esclava incomparable en el mundo. Y cuando los trabajadores salen a protestar los amenazan ya no solo con los despidos sino hasta con la cárcel para lo que tienen a su disposición a las fuerzas represivas como la Guardia Nacional y las policías, que actúan como mercenarios del patrón.
Es que las grandes mayorías obreras y populares venimos sufriendo calamidades producto de la profunda catástrofe económica, donde la escasez, la hiperinflación y la pulverización de los salarios han sido la norma en estos más de cuatro años de padecimientos. Un verdadero ataque entre gobierno y empresarios, donde las calamidades las viene sufriendo el pueblo trabajador y pobre.
Por eso es fundamental tener una política de lucha que unan las filas de los trabajadores tanto del sector público como privado tras nuestros propios métodos y demandas. Esta es una bandera que debe tomar en sus manos la naciente Intersectorial de Trabajadores, que lamentablemente y hasta el momento, solo viene poniendo el acento en las protestas que se dan en las empresas del Estado.
Es hora de revertir esta situación ante estas luchas, golpeando y enfrentando con la misma fuerza y determinación tanto al gobierno como a los empresarios que atacan severamente en medio de la catástrofe que vivimos. |