La “unidad” del peronismo logró su primer triunfo. Fue en el reducido y limitado ámbito del Consejo de la Magistratura. Ese organismo, que interviene en la designación y remoción de los jueces, está integrado apenas por 13 personas. El “triunfo” del peronismo se reduce a lograr un representante más en un ámbito donde el oficialismo sigue contando mayoría.
Este viernes, con el apoyo de bloques menores, el FpV, el FR y el Bloque Justicialista llegaron a un acuerdo para presentar las candidaturas de Graciela Camaño y Eduardo “Wado” de Pedro para integra ese organismo. Con ese entendimiento, lograron desplazar al interbloque oficialista como primer espacio de la Cámara Baja y quedarse con dos lugares en el Consejo. Para el macrismo hubo solo una silla, que correspondió a Pablo Tonelli.
Los suplentes de los diputados serán Vanesa Siley (FpV) y el cordobés Martín Llaryora (interbloque Argentina Federal). La decisión de esta "unidad" contó con el aval de otros bloques y espacios menores, que se subordinaron a la rosca del peronismo.
La maniobra fue posible gracias a las reglas relativamente flexibles que operan a la hora de elegir los integrantes de ese organismo. Con esos mismos mecanismos Cambiemos se había garantizado dos lugares en la anterior elección.
Este cambio, presentado por sectores de la oposición como una suerte de "triunfo" está lejos de serlo. El Consejo de la Magistratura funciona como un órgano regulador del funcionamiento de una casta judicial que goza de todo tipo de privilegios. Lejos de representar algún cambio real, este avance de la oposición dentro de ese organismo representará más negociaciones y roscas pero ningún cambio de fondo.
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