El día en que una famosa serie interrumpió la definición de un importantísimo evento deportivo: un clásico del fútbol americano. Las consecuencias que tuvo la inolvidable anécdota.
En este tiempo en que los derechos televisivos de los grandes acontecimientos deportivos se comercializan por millones y que las grandes plataformas de internet asoman su cabeza en este gran negocio, es bueno recordar que hubo un momento donde el deporte compartía su importancia con otros contenidos estelares.
Hace 50 años, un episodio marcó para siempre las transmisiones deportivas modernas. La historia incluye un disputado partido de fútbol americano que se extendió más de lo previsto, una película programada al finalizar el match y una decisión que provocó la ira de los fanáticos.
El 17 de noviembre de 1968 se enfrentaban New York Jets y los Oakland Raiders, clásicos rivales de la época, por la liga de fútbol americano. El encuentro se jugó en la ciudad de Oakland y fue transmitido en directo por la cadena NBC. El trámite fue intenso y disputado, con un número de penalizaciones poco habitual y varias lesiones, lo que hizo que el partido se extendiera por más de tres horas, algo poco frecuente.
Los equipos llegaron a los minutos finales muy parejos en el marcador. Con un poco más de un minuto por jugar, una buena patada de los Jets les dio una ventaja de 32 a 29. En la siguiente jugada, un touchdown colocó a los Raiders arriba 36 a 32. En los últimos 9 segundos, Oakland anotó dos veces y se impuso finalmente 43 a 32. En tan solo un minuto, los Raiders anotaron 14 puntos para ganar el juego.
Sin embargo, pese a la transmisión en directo, los fanáticos no pudieron ver en las pantallas aquel final electrizante. Con solo 65 segundos para jugar, a las 19 horas, la NBC decidió terminar abruptamente la emisión del partido para dar lugar al contenido previamente programado, que era nada más ni nada menos que una versión adaptada especialmente para televisión de la novela infantil Heidi, patrocinada por la firma de relojes Timex. El juego de la pelota ovalada dio paso a una serie de comerciales y nunca regresó. En su lugar apareció la historia de la famosa niña y su abuelo en Los Alpes suizos. Cuando terminó la transmisión oficial, los que se imponían eran los Jets de Nueva York, aunque finalmente los ganadores fueron los Raiders.
Dick Cline, a cargo del canal al momento del partido, declararía años más tarde a la revista Sports Illustrated que, al no recibir ninguna indicación de sus superiores, continuó con la programación tal como estaba previsto. Los ejecutivos de la NBC habían ordenado que Heidi tenía que comenzar a tiempo, pero debido al desarrollo tan parejo del partido, cambiaron de opinión y decidieron posponer el inicio de la película para dar lugar a la definición del encuentro. Pero cerca de las 19 horas, muchos fanáticos llamaron a la NBC para informarse acerca de la programación, por lo que las centrales telefónicas se saturaron y Cline nunca pudo conocer el cambio de decisión de los directivos.
20 minutos después del final del partido, mientras Heidi continuaba, un cartel en la pantalla informó el resultado final. Los fanáticos siguieron llamando durante horas al canal, a los diarios e incluso a la policía para expresar su furia. Después del llamado “Heidi Game”, la liga de fútbol americano insertó una cláusula en sus contratos televisivos que garantizaba que todos los partidos debían transmitirse completos. La NBC renovó sus centrales telefónicas, con acceso directo a la sala de control. La liga comenzó a introducir cambios para acortar la duración de los partidos. En 1997, el “Heidi Game” fue votado en una encuesta de periodistas como el partido más recordado de la temporada regular en toda la historia del fútbol americano profesional.
Hoy, la realidad televisiva del fútbol americano parece ser bien distinta. La audiencia promedio de los partidos supera los 13 millones de espectadores y entre los programas más vistos de cada año en Estados Unidos la gran mayoría son partidos de la NFL (National Football League).
Los derechos actualmente se los reparten las cadenas CBS, NBC y la NFL Network, un canal de la propia liga. Twitter adquirió en 2016 el paquete de partidos de los días jueves para transmitir por su plataforma, alcanzando hasta 3.5 millones de espectadores únicos en algunos encuentros. En 2017, Amazon se quedó con ese paquete de partidos de los jueves, que se emiten actualmente por Amazon Prime. Hoy son tiempos de miles de millones, donde las transmisiones deportivas en directo son las grandes estrellas de la televisión.