Pañuelos verdes y celestes.
Hijos de desaparecidos y genocidas.
Explotados y explotadores.
Niños y encubridores de la pedofilia.
Pibes y defensores del gatillo fácil.
Patriotas y cipayos.
Morochos y racistas.
Laburantes y burócratas sindicales.
Pueblos originarios y genocidas de esos pueblos.
Científicos y curas.
LGTTB y homofóbicos.
Progresistas y Opus Dei.
Lula y Temer.
Desahuciados y topadoras.
Villas de emergencia y Puerto Madero.
Educación pública y privada.
Posneoliberales y Menem.
Ecologistas y Barrick Gold.
Economía popular y Club de París.
Soberanistas y pagadores seriales de la deuda.
Opositores y dadores voluntarios de gobernabilidad.
Fieles y traidores.
Docentes y "trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones".
La Matanza y "no estamos en La Matanza gordommm".
Las cúpulas peronistas hablan de “construir mayorías” para poder seguir usando esa franquicia para juntar votos llamada PJ. Y así poder mantener el orden burgués a como dé lugar y llenarse de morlacos.
Las bases y simpatizantes de este partido y sus “transversales”, quienes aún tienen confianza en Cristina y este tipo de liderazgos, repiten cual mantra: "son las contradicciones del movimiento".
Pero las contradicciones deben plantearse para ser superadas -cosa que no ha ocurrido desde el 17 de octubre de 1945 a esta parte- y no para convivir en ellas con la resignación de quien se adapta a “la miseria de lo posible”.
La única forma de combatir a la derecha es combatiéndola. Conciliando, reconociéndola, es la derecha quien gana tiempo y espacio. Con la estrategia de la espera pasiva y conciliación con la derecha Brasil terminó con Bolsonaro como presidente.
¿Aprenderemos? Va quedando cada vez menos tiempo para tibiezas. Es hora de tomar partido del lado de les explotades y oprimides.
Pues tanto George Engel como nosotros compartimos nuestro mayor deseo: que los trabajadores sepan quiénes son sus enemigos y quiénes sus amigos. | 
