El ataque del gobierno de Larreta contra los enfermeros, desconociendo su condición de profesionales universitarios y ubicándolos como “técnicos-administrativos”, es una muestra más de lo qué quiere decir el macrismo cuando habla de “austeridad”. Al mismo tiempo que recorta los fondos disponibles para salud, el Presupuesto 2019 establece el pago de 600.000 millones de pesos de la fraudulenta deuda externa. Los que tenemos que “hacer un esfuerzo” somos siempre los trabajadores y los pacientes que dependen del sistema público. Los que se la llevan en pala son, también, los mismos de siempre.
En nuestra provincia esto despertó bronca y reavivó la pelea por el reconocimiento profesional para enfermeros y enfermeras. En Santa Fe existe ese desprecio de parte del gobierno del Partido Socialista desde hace años. Los y las enfermeras reclaman su incorporación a la ley 9282 de Profesionales de la Salud, para que se los reconozca como profesionales universitarios. A esta demanda las conducciones sindicales respondieron con un silencio cómplice. Incluso el sindicato de UPCN salió a pronunciarse abiertamente contra la convocatoria del día de mañana.
El recorte en el presupuesto de salud tiene un impacto terrible sobre el sistema sanitario, en el marco de un brutal ajuste que afecta a todos los trabajadores. En hospitales y centros de atención tienen cada vez menos insumos debido a la inflación (en algunos de ellos tienen que cortar el ibuprofeno a la mitad para racionar), son cada vez más las personas que se atienden en efectores públicos. La principal razón es por los despidos que están sufriendo los trabajadores bajo la mirada cómplice de los sindicatos. En el último año más de 40 mil personas pasaron a atenderse en efectores públicos.
A la par que aumenta el trabajo y la demanda en los hospitales, los salarios de los trabajadores de la salud son devorados por la inflación. Se hacen mas horas extras, más trabajo múltiple, más desgaste para tratar de fin de mes. Vamos de guardia en guardia haciendo muchísimo esfuerzo y atendiendo a muchos pacientes que sufren también las consecuencias de este sistema de salud que el gobierno está queriendo liquidar con el ajuste. Los y las enfermeras, que son parte indispensable de quienes mantenemos a flote el sistema de salud, están en su mayoría precarizados (con monotributo o en negro) y hasta con dos o tres trabajos.
Los y las enfermeras son quienes mantienen a flote el sistema de salud. A pesar de la falta de insumos, teniendo que trabajar en dos o tres lugares (la mayoría de las veces en negro) todos los días hacen frente a las necesidades de los pacientes. Son quienes pasan más tiempo junto a ellos, conteniéndolos a ellos y sus familias. Esa vocación y voluntad es tal que, en medio del abrazo al Hospital Roque Saenz Peña, dos enfermeras que participaban de la protesta asistieron a una embarazada, que comenzó su trabajo de parto en su auto, sin poder llegar a la guardia. Gracias a esas dos profesionales, la mujer pudo entrar al hospital con su hija en brazos, en medio de los aplausos y la emoción de los presentes.
El ser reconocidos como profesionales universitarios es un derecho básico para quienes sostienen con su trabajo y su formación los hospitales. Pero esta pelea es de todos los que sostienen la salud pública como los camilleros, los choferes, las mucamas, los médicos, administrativos, técnicos y usuarios del servicio porque es en defensa de la salud pública. Es por eso que los sindicatos deben llamar a un paro para derrotar el ajuste macrista y del FMI. La deuda no hay que pagarla: esa plata tiene que ser para poner en pie un sistema de salud de calidad, pública, universal y de calidad. |