El hondureño Víctor Ricardo Mejía Martínez, corresponsal del proyecto periodístico internacional conocido en América Latina como La Izquierda Diario, fue secuestrado la madrugada de ayer miércoles 21 de noviembre por elementos policiacos en Tijuana, Baja California. Ello ocurrió mientras grababa la llegada de camiones a un albergue de migrantes. Luego de ser golpeado por la policía local lo trasladaron a instalaciones del Instituto Nacional de Migración donde lo mantienen incomunicado bajo acusaciones falsas.
Este hecho represivo forma parte de las acciones encubiertas que el gobierno federal y varios estatales ha estado poniendo en práctica contra las caravanas rumbo a Estados Unidos de migrantes procedentes de América Central. O fingen que apoyan "humanitariamente" a los migrantes o de manera abierta los acosan y amenazan inventando supuestos delitos mientras arrecian las campañas de troles, bots y provocadores de índole ultraderechista y neonazi.
En Baja California, particularmente, se han detectado fotomontajes y videos falsos destinados a criminalizar a los migrantes como alimento de marchas xenofóbicas. En Ciudad Juárez individuos pagados cruzaban de madrugada por el puente Santa Fe hacia El Paso, Texas, pateando a los migrantes que pernoctaban sobre el tramo del lado mexicano. Esto ocurrió antes de que la mayoría fuera desalojada del puente y se los llevara a un albergue donde la policía vigila severamente bajo el pretexto de "evitar peleas." Mientras tanto, los sicarios se dan vuelo matando gente en Juárez como todos los días y noches sin que nadie los detenga. Al contrario, la policía es cómplice de los fantasmales "cárteles."
El colega y camarada hondureño Mejía Martínez no estaba en la caravana de migrantes por casualidad. Cubría los acontecimientos para La Izquierda Diario. Así que estamos ante un típico montaje al estilo de las policías chilenas o argentinas. Nada nuevo, hay que decirlo. De lado estadounidense ponen alambre de púas.
¡Libertad inmediata para Mejía Martínez!
¡Libre movilidad del trabajo migrante!
Desde el semidesierto chihuahuense: Óscar Enrique Ornelas | 
