Luego de la intervención que hicimos desde la banca del PTS en el FIT, remarcando no solo el origen de lucha de este día, sino también los derechos que aún nos falta arrancarle de las manos al gobierno nacional y a la oposición patronal, tales como el desmantelamiento de las redes de trata y el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, para que cientos de mujeres dejen de morir por año como consecuencia del aborto clandestino, las respuestas de la UCR y el PRO dejaron mucho para analizar.
El partido de Mauricio Macri, aliado de la UCR en Mendoza, planteo que reconocía el rol social de las mujeres como madres, hermanas y amigas, pero que el 8 de marzo es una muestra más de discriminación, por lo que tendría que existir, en su lugar, el «día del ser humano». Desconociendo de esta forma la gran historia de lucha que hay detrás del día de la mujer, no solo en las huelgas de Nueva York (y el incendio de la textil Cotton) hasta la masiva movilización de mujeres el 8 de marzo de 1917, en la que fue la más importante de las revoluciones del siglo XX: la revolución rusa. Al mismo tiempo, esta concepción busca invisibilizar que somos las mujeres uno de los sectores más oprimidos, producto del sistema patriarcal que se mantiene y reproduce en los discursos de estos políticos.
Por otro lado, cuando se planteó el problema de la ilegalidad del aborto que se cobra la vida de cientos de mujeres todos los años, manifestaron estar en contra no solo porque son «defensores de la vida y del niño por nacer» sino también porque esos embarazos (los no deseados) son culpa de la irresponsabilidad de las mujeres. Por supuesto estos comentarios misóginos solo buscan anular y ridiculizar las luchas que las mujeres seguimos dando por conquistar nuestros derechos.
La UCR, sin nada que envidiarle a los comentarios derechistas de sus aliados, planteó jocosamente con respecto a la educación sexual en las escuelas y le entrega de anticonceptivos gratuitos para todos los jóvenes, que van a presentar una ley en el congreso para que un «tercero controle sus explosiones hormonales» (las de los jóvenes) para que no se pueda culpar al Estado de los abortos clandestinos.
Todo esto no es mas que una muestra del papel que las mujeres cumplimos para estos partidos. Se llenan la boca hablando de lo mucho que hay que «festejar» a las mujeres en su día, y de como somos madres, novias, esposas, entre otras cosas; siempre definiéndonos en función a los hombres, pero sin reconocer nuestras luchas, y mucho menos todos los derechos por los que seguimos peleando. Mantienen sus acuerdos con la iglesia, sin importar cuantas son las mujeres que pierden su vida por año producto de que ellos no quieren poner en la agenda temas como el aborto.
Tanto la UCR como el PRO se niegan, al igual que el oficialismo nacional, a discutir seriamente el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo presentado en el congreso nacional por la Campaña Nacional por el derecho al Aborto, apoyado por nuestro diputado nacional Nicolás del Caño. Con el agravante de que el Kirchnerismo, que gobierna la provincia ni siquiera permite que las mujeres mendocinas puedan contar con la guía de aborto no punible.
Por todo esto es que seguimos poniendo las bancas del PTS, tanto en el concejo deliberante como en todos los lugares en los que estamos, para denunciar la política misógina de estos partidos del régimen. Y sobre todo al gobierno nacional, responsable de la situación que vivimos día a día las mujeres, de las cientos que mueren por año por aborto clandestino, de las cientos que son víctimas de las redes de trata que cuentan, muchas veces con la complicidad de las fuerzas represivas del Estado (como los propios informes del kirchnerismo aseguran).
Por todo esto es necesario que pongamos en pie un gran movimiento de mujeres que salga a la calle a conquistar nuestros derechos. Para terminar con este régimen capitalista y patriarcal es que nos proponemos ser cientos de mujeres las que expresemos en las calles nuestra fuerza y conquistar una sociedad en donde, como decía Rosa Luxemburgo, seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres. |