La gran final entre River y Boca en el Monumental está en suspenso. Oficialmente, la CONMEBOL dispuso postergar el partido hasta las 19.15 hs, pero a menos de una hora todavía hay incertidumbre. Boca no estaría de acuerdo en disputar un partido tan importante en estas condiciones.
El plantel de Boca fue agredido en el trayecto hacia el Monumental -en circunstancias todavía muy poco claras- cuando el micro que trasladaba a los jugadores fue recibido con piedrazos por pequeños grupos aparentemente de hinchas de River que rompieron vidrios que lastimaron a algunos protagonistas. Enseguida comenzó una fuerte represión policial que afectó a hinchas de River y también a los jugadores de Boca Juniors, algunos que incluso mantenían efectos de los gases (ojos llorosos, náuseas y tos) al ingresar al estadio. El volante Pablo Pérez fue llevado a una guardia médica para quedar en observación por molestias en sus ojos.
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Con este panorama y pese al anuncio de CONMEBOL, la posibilidad de que se suspenda el partido todavía no está descartada. Tanto Boca como el mismo DT de River Marcelo Gallardo consideran que no están dadas las condiciones para jugarse.
Es válida la posición del club visitante que vio alterado su ingreso y su estado anímico para comenzar el partido. Sin embargo, muchos periodistas y medios masivos de comunicación e incluso dirigentes y funcionarios parecieran tener solamente consideración por el estado de salud de los futbolistas: en la noche de ayer fue desalojado un campamento pacífico de familias obreras de la fábrica SIAM (de electrodomésticos y heladeras) con un numeroso despliegue policial que no tuvo ningún tapujo en rociar directamente a la cara a trabajadores y personas solidarias entre quienes se encontraban el diputado nacional Nicolás del Caño (PTS-FIT) y el legislador de la ciudad Patricio del Corro, quien también fue agredido de igual manera en la jornada del jueves durante la represión a quienes protestaban en la Legislatura porteña contra la implementación de la UniCABA. Llama la atención que en esos casos o se ignora el carácter agresivo que tienen estas acciones policiales o directamente se las justifica.
En principio, aún cuando se juegue el partido en un rato, la situación le genera una crisis al elenco gubernamental: el propio Presidente Mauricio Macri quiso ser vocero del pedido de que las finales se jueguen con público visitante y la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, alardeó con que manejar la seguridad de finales como los Boca-River de estos días sería “mucho más fácil” que todo lo que implica recibir al G-20. |