Todo comenzó el sábado 17 de noviembre. Por la mañana, comenzó el trabajo de fumigación de las instalaciones para desinfectar o eliminar cualquier insecto en la zona de trabajo, en cada uno de los pisos habitados de edificio casi lindante a la Panamericana. Tal medida había sido anunciada mediante correos electrónicos a los trabajadores, pero las actividades continuaron como si se tratara de un día laboral más.
La empresa continuó con su actividad normalmente, pero a mitad de jornada comenzaron a descomponerse trabajadores, inclusive una trabajadora embarazada que sangraba por la nariz y otros que debido a los severos síntomas que presentaron debieron ser internados.
Así fue que en un breve e informal “comunicado” el sindicato publica por redes: “se produjo un inconveniente en la fumigación que la empresa realiza periódicamente y esto produjo varios problemas de salud en los compañerxs que estaban en ese momento trabajando en el call.” En ese momento se realizó ya casi finalizando la jornada, la primera evacuación.
Decían en su publicación, que “el domingo 18 se hicieron presentes junto a miembros de Seguridad e Higiene y Recursos Humanos y la empresa contratada para fumigar: con el objetivo de verificar que estuviesen las condiciones dadas para poder desarrollar las tareas”. Allí se determinó habilitar solo el 2do piso del Edifico Optima.
El día lunes, feriado, se habilitaron las instalaciones para una nueva jornada. No conforme con la brutalidad de lo ocurrido el fin de semana, el día martes 20 a las 16 horas retomaron la actividad de fumigación, nuevamente con personal dentro de las instalaciones, provocando la descompensación de varios trabajadores que requirieron de asistencia médica. Esto tuvo como consecuencia nuevamente la evacuación del edificio.
Luego de todo lo ocurrido con la salud de los trabajadores, ni la empresa ni el sindicato se expresaron al respecto de lo que sucedió y como se resolvería. Con un grado de desprecio pasmoso, informaron vía Whatsapp y publicaciones por redes lo que se decidía y las novedades al respecto. Así es como una de las mejores empresas para trabajar en el país, ocupando el puesto 8 según la encuesta de la consultora Great Place To Work, maltrata a sus trabajadores poniendo en riesgo su salud.
Debido a la magnitud y la cantidad de empleados con distintos síntomas deciden finalmente suspender las actividades durante miércoles y jueves, para retornar al final de la semana. Vuelve a ocurrir. A media mañana del viernes nuevamente comenzaron los síntomas y el departamento médico con el que cuenta la empresa se vio abarrotado: ardor en los ojos, garganta, mareos, reacciones en la piel, presión alta y hasta taquicardia. Nuevamente evacuados.
Según el mensaje de la empresa, quien se sentía mal podría retirarse con el aval médico. Acto seguido en medio de la incertidumbre de los y las trabajadores de la empresa de televisión, sin respuesta alguna por parte de ninguna autoridad, tomó intervención la Municipalidad de Vicente López que clausuró el lugar.
Recién el martes los trabajadores fueron convocados a otro edificio donde se comprometieron a mantener todos los puestos de trabajo, y que se les abonará el 100 % del salario, pero aun no informaron cuando volverán a trabajar ni donde.
Las oficinas de la empresa de televisión satelital, ubicadas en la zona norte del Gran Buenos Aires, ven pasar a diario y durante sus tres turnos cientos de jóvenes en condiciones y ritmos de trabajo que la empresa impone y que se traducen además en afecciones a la salud propias del día a día que llevan a problemas cervicales, tendinitis, situaciones de stress, etc. Un negocio redondo para los empresarios, cuando son sus trabajadores los que trabajan en malas condiciones.
Por otra parte al día de hoy sigue sin haber siquiera un comunicado oficial de Directv que informe seriamente lo sucedido hasta el momento y las decisiones que se tomaran para retomar las tareas en un lugar seguro donde trabajar que en definitiva es lo que piden los trabajadores.
Cada vez más desidia, más incertidumbre, cada vez más bronca. |