Fotografía: Enfoque Rojo // Vierja ph
Querido Leo.
Dueles.
Querido Leo.
Dueles en tu partida intempestiva e impaciente.
Tan joven, tan rojo, tan clase obrera.
Tan tu sonrisa dadivosa y natural.
Tan tu valía humana y militante.
A lo lejos, lamentablemente muy lejos, me entero de tu ida.
Queda ese espacio compartido en esa larga mesa en la Rioja cada tanto.
Tu razonada charla en un cuarto intermedio (mucho más breve que este que hoy nos impones pero que tampoco podías consultarnos).
Tan joven todo tú, tan Leo, tan humanos tus errores y tu logros, tan Zona Norte, tan grano de arena de bastión.
Los "Indomables" -los de tu clase y tu guerra- están de luto por uno de los suyos. Gracias por este cachito de porvenir que aportaste, joven eterno, te vas sembrando para los mucho más jóvenes.
Alzaste el vuelo camarada, más allá de las montañas del sur del continente.
Sí, el capitalismo mata.
Que la vida siga con más y valiosos "ladrillos" de nueva humanidad, entrañable adobe rojo.
Que las juventudes de tu corriente internacional sepan de ti.
Tu partida no tiene patria ¡Te sentimos mucho Leo!
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. Extracto del poema Elegía de Miguel Hernández |
