Este martes, alrededor de 350 trabajadores metalúrgicos se movilizaron desde la sede del sindicato hasta el centro de la ciudad reclamando un 15 % por reapertura de paritarias.
En la tarde de este martes, trabajadores de distintas fábricas metalúrgicas de la ciudad de Córdoba nos movilizamos desde la sede del sindicato en barrio General Paz hasta el centro de la ciudad. Allí se realizó un corte y acto en el que habló el secretario general del sindicato, Rubén Urbano.
La semana pasada, no hubo una sola medida que garantice la participación de todos los compañeros. No hubo asambleas en absolutamente todas las fábricas y mucho menos la posibilidad de votar un paro que permita efectivamente la participación de todos para que la bronca se exprese en las calles. El gremio se limitó a repartir algunos volantes en las fábricas y hacer algunas asambleas “informativas”.
Esa pasividad decantó en una marcha de unos pocos cientos de trabajadores, cuando somos miles los afiliados al sindicato. Fue más bien un intento de apagar el incendio que se siente por abajo, en la bronca de los miles de trabajadores metalúrgicos de Córdoba y del país, una de las ramas de la industria donde más se ha degradado el salario y más puestos de trabajo se han perdido, sin que el sindicato ponga ni las manos.
No es más que otra lavada de cara de Urbano, que se disfraza de combativo diciendo que “la clase de trabajadores que el General Perón quería eran los que pelearan por su salario y fuentes de trabajo”. Bastante raro decir esto al mismo tiempo que nos pedía cautela y cancelaba el corte que el mismo sindicato había propuesto en la puerta de Fumiscor (fábrica de la cual su dueño es uno de los directivos de la cámara metalúrgica de Córdoba). Más bien parece que la frase peronista que Urbano prefiere es “de la casa al trabajo, del trabajo a la casa”.
Sin embargo, ante el auditorio de trabajadores de Materfer, Valeo, Montich, Weg y varias fábricas más, ratificó la adhesión, al menos “en los papeles” al paro nacional de la UOM convocado por Antonio Caló. Desde Metalúrgicos de base decimos que todos los compañeros y compañeras tienen que poder participar de esa acción, que el método tiene que ser las asambleas de base, que se pueda discutir y votar el paro en todas las fábricas para que efectivamente se exprese en las calles la bronca que sentimos los miles de pibes a los que nos precarizan la vida.
El 6 de diciembre tiene que ser el puntapié de un plan de lucha que nos ponga en pie de guerra a todos los trabajadores contra los ataques de los empresarios y el gobierno, y no una lavada de cara de la burocracia que vuelva a traicionar a los trabajadores por migajas. Un plan que se una al resto de las luchas y que rodee de solidaridad por ejemplo al conflicto que se está desarrollando en Siam en Avellaneda, donde los trabajadores y las trabajadoras están resistiendo contra los despidos y recibiendo la represión de parte del gobierno provincial de María Eugenia Vidal.