La promulgación de la Ley de Organizaciones Políticas LOP, ha configurado un nuevo escenario en los hábitos electorales del país. Esta ley ha acelerado las etapas electorales y a proscrito a las agrupaciones ciudadanas. En este contexto el calendario electoral estableció como plazo para la presentación de candidaturas para las primarias de cada partido o alianza política, hasta el día de ayer 28 de noviembre.
Es importante recordar que Evo Morales y Álvaro García Linera están impedidos de participar en las próximas elecciones de 2019, en virtud del referéndum de reforma constitucional de 2016 donde la mayoría de los electores votaron que no se debería modificar el art. 168 de la Constitución Política del Estado, referido a la reelección presidencial y vicepresidencial. Sin embargo, el MAS ante esta derrota en el referéndum recurrió al Tribunal Constitucional Plurinacional que a través de la Sentencia Constitucional No. 84/2017 habilitó al presidente Evo Morales y a autoridades departamentales y municipales para ser reelectos indefinidamente.
Frente a este escenario y como era de esperarse, finalmente ayer al cierre del plazo para la presentación de binomios, Evo Morales y Álvaro García Linera, acompañados de un séquito de militantes, presentaron ante el Órgano Electoral Plurinacional su candidatura por el Movimiento al Socialismo MAS.
Por otro lado, la derecha patronal dividida, pero liderada en intención de votos por el ex vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos D. de Mesa, también ha presentado su candidatura para las primarias con la alianza política Comunidad Ciudadana (CC), acompañado de Gustavo Pedraza Mérida, quien trabajó como consultor para el PNUD entre otros organismos internacionales, siendo ésta la principal carta de la oposición patronal para arrebatarle el poder a Morales.
En este escenario, donde la derecha patronal se ha fragmentado, surgen candidaturas de menor popularidad que pretenden ganar rédito político por el efecto ocasionado por la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil como por ejemplo la candidatura del ex vicepresidente de Sánchez de Lozada y primer vicepresidente indígena, Víctor Hugo Cárdenas, por la Unidad Cívica Solidaridad UCS, quien va en binomio con Humberto Peinado, secretario ejecutivo del Consejo Pastoral Transforma Bolivia, organizador de marchas “en defensa de la vida y la familia” y contra el derecho al aborto. También el ex presidente en el periodo neoliberal y de la denominada democracia pactada, Jaime Paz Zamora se presenta como candidato acompañado para la vicepresidencia con la abogada Paola Barriga; esta última señaló que el tema religioso fue el principal elemento que la motivó a ir por el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
Otras candidaturas de la oposición las encabezan Félix Patzi, actual gobernador del Departamento de La Paz y ex aliado de Evo Morales, acompañado por Lucila Pérez de Arce, por el Movimiento Tercer Sistema (MTS). Oscar Ortiz y Edwin Rodríguez por la alianza política “Bolivia dice no”, alianza de la que se separó a último momento Samuel Doria Medina líder del partido Unidad Nacional arguyendo que lo separa diferencias estratégicas y que hay que apoyar a quién tenga más posibilidades de ganar con tal de impedir que Evo Morales sea nuevamente elegido presidente. Virginio Lema y Fernando Untoja van por el Movimiento Nacionalista Revolucionario MNR; Israel Rodríguez y Ariel Hurtado por el Frente Para la Victoria FPV; Ruth Nina y Leopoldo Chui por PAN-BOL.
En este contexto se realizarán las primarias partidarias, donde el presidente Morales y todo el séquito que lo rodea se juega su vigencia política y su espacio en el poder, y donde la derecha resquebrajada, ha tenido que sacar del baúl de los recuerdos a sus reciclados actores políticos, para hacerle frente a Evo Morales.
Para las y los trabajadores, para los pueblos indígena originarios, para los campesinos, las mujeres, las diversidades sexuales y la juventud ninguna de estas opciones son una alternativa. El pueblo trabajador y explotado tendrá que votar por uno de sus futuros ajustadores con absoluta complicidad de la burocracia sindical de la Central Obrera Boliviana. |