Sobreseyó al único gendarme imputado y dio por finalizada una “investigación” en la que hizo todo para que nada se sepa a fondo. Nueva etapa en un caso donde queda casi todo por resolver.
Probablemente las partes más importantes del fallo que acaba de dictar el juez federal de Rawson Gustavo Lleral ya estuvieran escritas desde los primeros días en que se hizo cargo de la causa, luego de ser desplazado por falta de imparcialidad el juez original del caso, Guido Otranto. Es que su objetivo era preciso desde el inicio: dilatar, ensuciar y desviar la causa para garantizarle impunidad a los criminales.
En el final de 263 páginas que tiene su sentencia fechada este jueves, Lleral afirma que “por todas y cada una de las pruebas producidas y de las razones expuestas a lo largo de los considerandos que anteceden, cabe afirmar que en esta causa se ha podido dar con la verdad que rodeó la desaparición y fallecimiento desgraciados de Santiago Andrés Maldonado, y se resolverá en consecuencia”.
Así, resolvió “no hacer lugar a las medidas de prueba solicitadas por las partes”, dictar “el sobreseimiento total y definitivo de Emmanuel Echazú” (el único gendarme imputado, que encima se autoimputó como una maniobra de la propia Gendarmería), y “dar por finalizado el trámite del Expte. N° FCR 8233/2017” caratulado “Maldonado, Santiago Andrés s/ Desaparición Forzada de
Persona”.
Lleral habla de “las pruebas producidas”. Pero en verdad su “investigación” se basó en no tocar ninguno de los puntos sensibles que involucraron de forma directa al menos a dos escuadrones de Gendarmería, a altos funcionarios del Ministerio de Seguridad directamente involucrados en los hechos del 1° de agosto de 2017 en Chubut y en toda la etapa posterior (a quienes ni siquiera citó a declarar), y hasta mantuvo en la causa a la misma fiscal Silvina Ávila, íntimamente relacionada con la trama de encubrimiento del los actores estatales y privados en el crimen de Santiago Maldonado.
Las dudas, los grises y las anomalías investigativas salen por todos y cada uno de los poros de esta causa. Desde la forma en que fue hallado el cuerpo de Santiago en el Río Chubut el 17 de octubre de 2017, pasando por la negativa a despejar cada duda generada a partir de las declaraciones de los gendarmes, por la no realización de pericias serias y contundentes sobre diversos elementos de prueba, por la indiferencia y hasta el desprecio por los pedido de prueba realizados por las querellas, por la manipulación y hasta eliminación de evidencias, y por el crédito dado a funcionarios y actores más que interesados en la impunidad.
Pero además Lleral fue quien avaló el espionaje ilegal sobre la familia Maldonado y no puso nunca la lupa sobre el operativo ilegal realizado por la Gendarmería ese 1° de agosto en Cushamen, es decir sobre el origen mismo de la desaparición forzada de Santiago y su posterior desenlace.
Como lo han reflejado La Izquierda Diario y otros medios y periodistas, medio centenar de gendarmes invadieron la Pu Lof y una decena de ellos persiguieron a Santiago y otros jóvenes hasta el río, disparándoles, luego mantuvieron la zona ocupada durante 18 horas, situación en la cual desapareció Santiago.
Tampoco investigó a los responsables políticos de la fuerza, que ordenaron el despliegue represivo, luego ayudaron a ocultar pruebas y entorpecer la investigación, montaron un relato de defensa de la Gendarmería y de criminalización de las víctimas. Entre ellos Pablo Noceti y la ministra Patrici Bullrich, que este mediodía lanzó un tuit provocador contra la familia y todos los organismos que reclamaron justicia.
Luego de una lectura detenida del extenso fallo de Lleral, la familia de Santiago Maldonado y su abogada Verónica Heredia comenzarán una nueva etapa en la búsqueda de verdad y justicia, toda vez que los argumentos del juez de Rawson, pese a ser muchos de ellos previsibles, dejan infinidad de inquietudes que solo una decisión judicial de llevar el caso a la más absoluta impunidad se negaría a profundizar en instancias superiores.
El cierre de la causa por parte del cuestionadísimo Gustavo Lleral no implica, en lo más mínimo, dejar de considerar a la desaparición y posterior muerte de Santiago como un crimen de Estado, tal su definición jurídica a nivel nacional e internacional.
Tal vez la historia le depare al juez un lugar en la lista de encubridores y cómplices más que en la de hacedores de justicia. Lugar que deberá ocupar junto a Patricia Bullrich (quien inmediatamente salió con un tuit más que provocador en medio de la cumbre del G20), Pablo Nocetti, Gonzalo Cané, Guido Otranto, Silvina Ávila y demás funcionarios políticos y judiciales. Se abre un nuevo capítulo.
La verdad le ganó al relato. La Justicia cerró la causa por la desaparición forzada de Santiago Maldonado y absolvió al gendarme Emmanuel Echazú. Mintieron, quisieron engañar a la sociedad y generar miedo; hoy logramos dar un paso más hacia la Argentina de la ley y la verdad.
El único relato ajeno a la Verdad es el del Gobierno. Santiago Maldonado participaba en una protesta. Su desaparición y muerte fue a causa de la represión de las fuerzas represivas de @PatoBullrich comandadas en terreno por Noceti. Este crimen de estado no quedará impune. https://t.co/sqJ0yp07FZ
