Para quienes no conocen el caso, Candela Rodríguez tenía once años el 22 de agosto de 2011, fecha en que desapareció mientras caminaba por su barrio. Nueve días después apareció muerta, dentro de una bolsa, a treinta cuadras de su casa. La imagen del entonces gobernador Daniel Scioli y su madre Carola Labrador reconociendo el cuerpo, innecesaria, es imborrable.
El caso conmocionó al país durante semanas. El Poder Judicial y la Policía Bonaerense siempre plantearon que el móvil era una “venganza” contra Alfredo Rodríguez, el padre de Candela, por parte de una banda de “piratas del asfalto”.
Cinco años después, en 2017, llegaron a juicio los tres acusados: Hugo Bermúdez, Leonardo Jara y Fabián Gómez. El 20 de septiembre de ese año el Tribunal Oral 3 de Morón condenó a prisión perpetua a Bermúdez y Jara como autores del homicidio, y a Fabián Gómez a cuatro años de cárcel como partícipe secundario. Increíblemente, el caso tenía tan solo tres responsables.
Pero en mayo de este año la causa tuvo un giro importante: Miguel Ángel "Mameluco" Villalba (mediático narco de la zona de San Martín), Héctor "El Topo" Moreyra (informante policial) y Sergio Chazarreta (policía bonaerense) fueron acusados y procesados por el secuestro y homicidio de Candela. El móvil era entonces una “venganza narco”. La causa se encamina a un nuevo juicio oral, aunque es difícil tener expectativas que revele realmente el rol que juega la institución como organizadora del gran delito.
Pero en las últimas horas distintos medios dieron una noticia impactante. Los jueces convocarán a indagatoria por "encubrimiento agravado" a tres integrantes de la cúpula policial. Se trata de los dos máximos jefes, Juan Carlos Paggi y Hugo Matzkin, así como el jefe de Investigaciones de entonces, Roberto Castronuovo.
El fiscal Mario Ferrario los investiga para saber qué responsabilidad tuvieron en el direccionamiento del expediente, un delito que contempla hasta seis años de prisión. Pero el nuevo dato amenaza con hacer estallar un escándalo policial y político.
Es que hasta la inconmovible Legislatura bonaerense formó una comisión de seguimiento del caso que dictaminó, en 2012, que el expediente estuvo lleno de irregularidades, que la Policía Bonaerense “armó” la causa de acuerdo a sus intereses y que los funcionarios judiciales y políticos “dejaron hacer” a los uniformados mientras armaban el relato para los medios.
Como contamos en La Izquierda Diario, “ese informe culminó exigiendo al gobierno provincial que se procediera a la exoneración de todos los policías implicados en el caso, incluidos el jefe de la Policía Carlos Paggi, quien luego fuera su sucesor Hugo Matskin y otros jerarcas de la fuerza”.
Daniel Scioli nunca lo hizo. Más aún: lo mantuvo como Superintendente General de Policía hasta la finalización de su mandato. Era su hombre de confianza en la fuerza policial más poderosa y siniestra del país. En ese momento Scioli era el candidato presidencial de Cristina Kirchner y el Frente Para la Victoria. ¿Habrá pensado en llevar a Matzkin como Ministro de Seguridad?
Nunca lo sabremos. |