Vox es un partido que no esconde su discurso reaccionario de fascistas postmodernos. Se creó a finales de 2013 y sus fundadores provienen del PP. Son peperos sin complejos, es decir, que dicen lo que piensan.
Su presidente actual es Santiago Abascal Conde, un ex miembro del PP. Antes de ser presidente de Vox creó la “Fundación para la Defensa de la Nación Española” (DENAES). Además de este brillante currículum “democrático”, tiene ínfulas de intelectual ya que ha editado varios “ensayos” uno de los cuales se titula “En defensa de España. Razones para el patriotismo español” (2008). Este texto de título vomitivo –que reconozco no haberlo ni abierto- lo ha escrito en compañía de Gustavo Bueno Sánchez.
Parte de la espiritualidad reaccionaria de Vox viene recogida en sus Estatutos. Así, en el artículo 3.1 se dice que uno de los fines que perseguirá será “la defensa de la indisoluble unidad de la Nación española”.
El programa electoral que tiene en su página web (“Vox, un mismo programa en toda España”) es de una simplicidad reaccionaria y gira en torno a “la unidad de España”. Así, una España sin comunidades y con una centralización absoluta tanto para la sanidad como para la educación y la judicatura pertenece al ADN patriótico. Al ADN burgués corresponden “impuestos los mínimos” y “apoyo a los que crean riqueza y empleo”. El ADN machista se vislumbra en “apoyo a la familia, vida y valores” mientras que el ADN racista está esquemáticamente expuesto en el punto “fundamentalismo islámico” y en “inmigración e identidad”. Para la gente musulmana se propone como eje de actuación el cierre de las “mezquitas fundamentalistas” y la “expulsión de los imanes extremistas” y, como colofón, no aceptar a Turquía en la UE. Para la inmigración en general se combina la utilidad –explotar a los inmigrantes mientras le venga bien a la “economía nacional”- con la asimilación –que se integren aceptando “nuestros valores”.
Vox ha entrado con 12 escaños, es la menor agrupación de diputados ya que el PSOE tiene 33, el PP 26, Cs 21 y Adelante Andalucía 17. Pero siendo el de la cola ya está enseñando sus dientes, posibilitará al PP y a Cs desbancar al PSOE. Es decir, la hermandad espiritual con los “peperos” y “ciudadanos” es obvia.
Ahora la pregunta que hay que hacer es por qué un partido de esta simplicidad reaccionaria ha entrado en el Parlamento andaluz ¡y con 12 diputados! La respuesta es bastante sencilla, porque el PSOE y Adelante Andalucía no han sido verdaderamente izquierda. No han defendido los derechos de la clase trabajadora con uñas y dientes ni le han facilitado una cultura realmente democrática. Una parte muy importante de la clase trabajadora les ha pagado con la abstención (41,35%) ya que Vox no tiene sus viveros de votos en zonas de trabajadoras y trabajadores sino en zonas de renta media y alta, viveros también del PP.
El miedo a los inmigrantes entre la gente de renta media y alta le ha dado a Vox muchos de sus votos. Esto está bien documentado, por ejemplo, en el municipio de El Ejido (Almería) donde Vox ha sido el partido más votado con un 29,51%. No fue casualidad que en las anteriores elecciones autonómicas, en las del 2015, el partido más votado en El Ejido fuera el PP con el 47,16% quedándose ahora de segundo con el 26,91%.
Si en el Estado español la cultura histórica fuera elevada la diversidad nacional se vería como una riqueza y el derecho a ir hermanados en una República democrática se vería como la normalidad y, por lo tanto, Vox no tendría nada que hacer ya que la simplicidad reaccionaria no influye en pueblos socialmente bien educados. Por el contrario, la precariedad y el analfabetismo histórico potencian el incremento de la simplicidad reaccionaria y la búsqueda de salidas políticas autoritarias.
Las elecciones andaluzas tendrán implicaciones a nivel estatal. Las ansias de controlar las palancas de poder dejarán al desnudo la verdadera espiritualidad política del PP y Cs y esto hará útil políticamente a Vox. Tomemos en serio a Vox. Para que nos preparemos para combatirlo social y políticamente sólo tenemos que pensar en medidas inmediatas que tomaría un gobierno estatal compuesto por PP y Cs y apoyado por Vox: aplicación inmediata y total del artículo 155 en Catalunya, una profundización de la contrarreforma laboral existente, la bajada o congelación del salario mínimo interprofesional, la eliminación de las leyes que combaten la violencia de género y el incremento de una legislación machista, la reivindicación de Franco… Y esto en un primer golpe.
Como la derecha “democrática”, PP y Cs, no están por la labor de parar a Vox sino por gobernar gracias a ellos o con ellos y como el PSOE y Podemos/IU/Marea/Comunes/Adelante Andalucía no son izquierda actuante, si la izquierda social no se organiza en un Frente de Izquierdas y Anticapitalista para presionar política y socialmente a la “izquierda institucional” el fenómeno Vox no sólo tendrá asiento en el parlamento andaluz sino también en las Cortes… Tomemos nota.
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