Acorralado por la crisis política, Macron anuló el aumento de combustibles. La respuesta desde el movimiento no se hizo esperar: “no queremos migajas, queremos la baguete”. El sábado París amaneció militarizada y los enfrentamientos con las fuerzas represivas terminaron con cientos de detenidos. Pero con esto Macron no pudo parar la rebelión de los "chalecos amarillos" (gilets jaunes) que coparon las calles de Francia nuevamente. |