Alrededor de 438 millones de pesos es el monto con el que la Fuerza Aérea realizo su ceremonia de cambio de mando, monto que fue tibiamente calificado como un exceso por parte del Presidente Sebastián Piñera, por lo que en los últimos días el general en retiro de la FACH, Ricardo Ortega salió a responder.
El ex comandante en jefe de la FACH, aseguró que “Puede ser que el Presidente no está grato, que quiere que se hagan las cosas de otra manera, (pero) no hubo ostras ni langostas" refiriéndose a las criticas de Piñera, y concluyó diciendo que estas demostraciones de poder le hacían un flaco favor a la nación.
Las declaraciones del general en retiro no son al azar, la supuesta "austeridad" que declara se enmarca en el contexto del gran desfalco de dinero que se reveló en los últimos años en las fuerzas armadas y de orden público. El disgusto de Piñera no es más que una reubicación frente a la opinión pública, que esta marcada por los casos de corrupción en el ejercito y el asesinato de Camilo Catrillanca por el comando jungla, que ha provocado un crisis producto del gasto en militarización mientras que en otros ámbitos los recursos se han visto limitados o reducidos.
Pero no solo es polémico el uso de los recursos del Estado que han tenido las FFAA (tanto en gastos legales, como en los ilegales de los casos Milico-Gate y Paco-Gate), si no que también en el Parlamento han salido a la luz los montos que reciben diputados y senadores como viáticos para sus viajes nacionales e internacionales, y que superan en uno o dos días, lo que gran parte de la clase obrera recibe comúnmente en un mes de trabajo.
Mientras la casta política y las fuerzas armadas se siguen beneficiando de los recursos del Estado, algunos de forma ilegal y otros dentro de los margenes que les otorga la Constitución de la Dictadura, son las y los trabajadores que siguen viviendo las "exigencias de los Tiempos Mejores", con el ejemplo de las últimas semanas del sector público, con un reajuste irrisorio pactado por la burocracia sindical de la CUT, dirigida por el Partido Comunista, o la lucha que han tenido que llevar contra los despidos y la precarización laboral, como las y los trabajadores de la Fundación Integra que se mantienen en huelga por las pésimas condiciones con las que tienen que llevar adelante la labor de cuidado y enseñanza de los niños más vulnerables del país. |
