Cuando los trabajadores de Lear luchaban por sus puestos de trabajo, Sergio Berni ordenaba a la Gendarmería reprimir. El conflicto de 2014 tuvo infiltrados y “gendarme carancho”.
El 6 de diciembre el exsecretario de Seguridad tenía que declarar como testigo para dar cuenta en una causa iniciada por los abogados del CeProDH junto a la diputada Myriam Bregman.
En la causa está imputado el comandante de la Gendarmería Juan Alberto López Torales, quien fingió un accidente para llevarse detenido a un manifestante. El imputado señaló a Sergio Berni como el responsable de haber dado la orden del operativo, incluyendo su accionar.
Sin embargo Sergio Berni pidió responder por escrito excusándose en su condición de legislador para no dar la cara frente a los distintos abogados y la fiscalía.
¿Cómo fueron los hechos?
El 30 de julio del 2014 cientos de manifestantes volvían a movilizarse para reclamar contra los despidos masivos que se habían producido en la automotriz LEAR Corporation. La planta está ubicada en la zona norte del Gran Buenos Aires, pero el conflicto laboral había alcanzado una repercusión nacional.
Los trabajadores realizaban una gran campaña por los puestos laborales y exigían que no hubieran más “familias en la calle”. La empresa y el sindicato habían decidido “sacarse” de encima a cientos de trabajadores para precarizar su sistema de trabajo, y el activismo combativo era el principal obstáculo. El gobierno de Cristina Kirchner aportó entonces los servicios de Sergio Berni y sus hombres.
Aquel 30 de julio el comandante de la Gendarmería Juan Alberto López Torales estaba al frente del operativo represivo y lleva adelante la puesta en escena para justificar los palos y las detenciones. Finge ser “atropellado” por uno de los autos de la caravana de los manifestantes, que ingeniosamente habían decido expresar su reclamo de este modo por la Panamericana.
Esta vez la maniobra fue desenmascarada. Un video registró nítidamente que la versión de la Gendarmería era una farsa. Millones de personas ven el video cuando López Torales se tira sobre el automóvil. A partir de allí se hace conocido como el “gendarme carancho”.
En agosto de este año López Torales amplió su declaración indagatoria en la causa en la que está procesado por privación ilegal de la libertad de uno de los manifestantes del 30 de julio del 2014, y confesó que él estaba bajo las órdenes directas de Roberto Galeano -Coronel retirado del Ejército-, y que éste recibía órdenes de Berni, que por aquel entonces era el Secretario de Seguridad del Gobierno de Cristina Kirchner.
En esta ampliación de declaración, el “gendarme carancho” confirma lo que los abogados del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) vinieron denunciando: que por órdenes directas de Sergio Berni, el militar retirado Roberto Galeano, que estaba de civil, “se desplazaba en forma intermitente entre los manifestantes y personal de Gendarmería”. Lo cual confirma el carácter de infiltrado.
Pero Galeano no es cualquier agente. Es un el ex coronel de Caballería y ex miembro de Inteligencia del Ejército, quién cuando declaró en esta causa se jactaba de haber combatido en la guerra de Malvinas; de haber recuperado el regimiento La Tablada, donde hubo ejecuciones y aún hoy hay desparecidos; hasta terminar como infiltrado. Es que Berni lo “sumó” a su aparato represivo para derrotar la lucha de los obreros de Lear que junto a sus familias reclamaban por sus puestos de trabajo.
En esta pelea los trabajadores tenían sus aliados. Nicolás del Caño, diputado nacional por el PTS-FIT, estuvo a su lado y por esto recibió en varias oportunidades balas de goma en su cuerpo. También acompañaron esta importante lucha Myriam Bregman, Christian Castillo y decenas de organizaciones obreras y sociales que se solidarizaban con los despedidos de Lear.
En cada movilización que se realizaba por este conflicto, Berni ordenaba un operativo represivo donde hasta se llevó detenida a la nieta restituida María Victoria Moyano.
Mientras cientos de familias obreras peleaban con desesperación por sus puestos de trabajo, él se hacía el “Rambo” y sobrevolaba la zona de las movilizaciones.
El manodurista del gobierno de Cristina Kirchner, no se privó, incluso, en llevarse detenidos a una dependencia militar a otro grupo de manifestantes. El 30 de agosto de 2012 Berni mandó a detener a 60 militantes de Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa y lo trasladó a Campo de Mayo. Entre los detenidos había mujeres con sus niños.
El Rambo de entonces hoy, cuando hay fisuras entre el relato que armó la Gendarmería comandada por él y las declaraciones que está realizando López Torales en la causa, se esconde tras un escrito y no se atreve a enfrentar unas pocas preguntas.