Fue en el mes de agosto de este año que el ex funcionario kirchnerista fue condenado a cinco años y diez meses de prisión e inhabilitado de por vida a ejercer cualquier cargo público.
Durante todo el proceso judicial declararon más de 80 testigos y las indagatorias de los principales acusados que pidieron la absolución.
El juicio mostró distintas arbitrariedades judiciales a tono con las necesidades del gobierno de Cambiemos. Un proceso así hace complicado saber seriamente si hubo cohecho y cómo se realizó. Esta arbitrariedad abre la puerta para que esas mismas arbitrariedades sean cometidas contra los trabajadores y las organizaciones de izquierda.
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