La Jefa de Gobierno de Ciudad México, dio a conocer que en las obras ubicadas en Avenida Aztecas 215; Saturnino Herrán 127; Anillo Periférico 5178; y Carretera Federal México-Cuernavaca 5257, se encontraron irregularidades en el otorgamiento de permisos de impacto urbano y ambiental.
Por su parte la titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI), Ileana Villalobos, señaló que estas obras no serán las únicas edificaciones que serán frenadas, ya que se ha observado que en otras también se otorgaron permisos sin ningún sustento y en circunstancias poco transparentes, es decir con corrupción implícita.
Dentro de las obras suspendidas, resalta en particular la obra ubicada en la Avenida Aztecas, un conjunto habitacional de 377 viviendas y 683 cajones de estacionamiento. La obra que realizaba la constructora “Quiero Casa” se trataba de una construcción con un enorme impacto ambiental dado que la construcción se llevaba adelante sobre un manto acuífero.
Durante la construcción, al excavar varios metros para construir tres niveles subterráneos de estacionamientos se encontró un manantial muy grande que inundó en poco tiempo la construcción. En lugar de dar aviso a las autoridades, la empresa decidió verter toda esa agua al drenaje. Con varias mangueras drenaron el agua del terreno directo a la alcantarilla de la calle. Los vecinos del Pedregal se dieron cuenta y comenzaron a protestar. Al ver esto la compañía ranuró la banqueta y la calle para colocar las mangueras por debajo del pavimento y volvió a pavimentar; todo esto lo hizo en sólo una noche.
La resolución de suspender las obras otorgadas con corrupción debiera implicar que las empresas como QuieroCasa paguen el daño ambiental que ocasionaron, sin embargo, esto no está planteado en la política de Sheinbaum.
La ganancia empresarial no puede ir por encima de la vida o del bienestar de la población. Los grandes empresarios buscan obtener la mayor cantidad de ganancia en el corto plazo sin importar que destruyan el medio ambiente o deterioren la salud de la gente. Por ello no es suficiente suspender este tipo de obras, hay que enfrentar esta lógica del capital.
Construir sí, pero al servicio de las necesidades sociales, no de aumentar la riqueza de unos pocos. Se requiere de un plan de urbanización y vivienda, con la participación decisiva de los trabajadores de las constructoras, solicitantes de vivienda y las comunidades donde se edifique, para lo cual se tendría que empezar por poner los activos de las empresas infractoras bajo propiedad estatal. | 
