El Gobierno sigue avanzando sin prisa pero sin pausa. El nuevo episodio en el conflicto que lleva contra los aeronáuticos es que la ANAC (Ente Fiscalizador Estatal que dicta la reglamentación aeronáutica) cambio una regulación para que pilotos extranjeros puedan volar aviones en nuestro país. El comunicado emitido por los gremios denuncia que "el Gobierno Nacional desde el Ministerio de Transporte y a través de la ANAC, Administración Nacional de Aviación Civil mediante la resolución 895/18 ANAC publicada en el boletín oficial, modificó la RAAC 61 permitiendo el ingreso y la validación automática, de licencias pertenecientes a pilotos extranjeros, sin exámenes en Argentina, que acrediten pericia y los máximos estándares de seguridad". Y agregan que el Gobierno "ataca directamente a los sindicatos del sector y a la aviación civil y general argentina, degradándola y precarizándola".
Vayamos por partes. En la Argentina los aviones tienen que tener tripulaciones y pilotos argentinos, para poder tener una certera validez de las horas y entrenamiento de dichas tripulaciones, una cuestión de seguridad básica a la hora de pensar en el traslado de pasajeros. Ninguna norma o regulación es capricho al azar o “terrorismo sindical” es una forma de seguridad que pretende cuidar la vida de trabajadores y usuarios. La desregulación de la ANAC, ataca este principio porque permite casi sin validaciones este cambio.
Saltando esta cuestión técnica (no mínima, sino muy importante) está detrás el plan general de un gobierno que nos trae "la revolución de los aviones" con un contenido de profundos intereses patronales llevados adelantes por sus representantes directos. En entrevistas post anuncio del paro de 48 horas de APLA y UALA (gremios de pilotos en nuestro país) el ministro de Transporte Dietrich mostró la hilacha de lo que verdaderamente quiere hacer con los aeronáuticos. El problema de la revolución de los aviones, es la productividad de los trabajadores. Dicen, que un piloto argentino y las tripulaciones son más “caras” porque trabaja menos horas que en el resto de los países. He aquí el verdadero problema de tan ansiada revolución. Los aeronáuticos no podemos caer en el falso dilema de trabajadores argentinos versus trabajadores extranjeros, seamos conscientes que nativos o extranjeros el gobierno busca incorporar pilotos extranjeros para poder llevar al a baja convenios y conquistas poniendo trabajadores contra trabajadores. La pelea debe ser unificada.
El macrismo, lejos de querer que “todos los argentinos vuelen” como se cansaron de decir para avanzar contra los trabajadores en su campaña de demonización, lo que busca es que los empresarios aeronáuticos se llenen de plata a costa de disminuir el “costo o los privilegios” de los trabajadores aeronáuticos. La revolución de los patrones podrían decirle. Solo buscan de una forma express llevar a la baja condiciones laborales y fomentar la no sindicalización para atacar las condiciones de los trabajadores en su conjunto.
En notas anteriores planteábamos que el Gobierno no se detenía sino que tomaba impulso para profundizar sus ataques contra los trabajadores aeronáuticos como punta de lanza ante la imposibilidad de “reforma laboral” ir bajando condiciones por rama. Este avance, es una muestra de cómo llevan a la práctica lo que no pudieron aprobar en el Congreso por la movilización popular contra la reforma previsional de diciembre pasado.
Los gremios aeronáuticos vienen protagonizando choques contra el gobierno y su política, pero sin esta visión de que vienen por los aeronáuticos para luego venir por toda la clase trabajadora. La respuesta de los gremios con luchas para frenar estos ataques, necesita ser redoblada. Si atacan a los pilotos, el paro de 48hs no debe ser solo de pilotos sino de toda la actividad. Si queremos frenar verdaderamente la política del gobierno, no pueden ser medidas indoor sino contundentes que llamen a la movilización en las calles para frenar al macrismo. El macrismo eligió a los aeronáuticos como enemigo, para derrotarlo debemos volcar todas las fuerzas y unidad posible para responder. Los chalecos amarillos ya los tenemos, solo falta salir a las calles. |