El primer sketch de esta farsa surgió cuando Scioli declaró clausurada la cancha de Laferrere por un año; las razones para semejante pena se debieron al grado de violencia que tuvo el conflicto: “No sólo agredieron brutalmente a nuestra Policía, sino que también han generado gran cantidad de daños a los vecinos trabajadores del barrio” declaró el gobernador. Al parecer, según sus palabras, la salud de cuatro policías vale más que la vida de un hombre, ya que el 6 de Noviembre del año pasado (también en La Matanza) le tocó a Alte. Brown, en la entrada de su cancha previa al partido, una interna local se cobró la vida de un hincha, hirió a un niño de 4 años, hubo cinco heridos graves y 30 detenidos, el costo para el club fue el mal momento y la suspensión de la cancha para esa fecha. Tanta diferencia hace sospechar a cualquiera, semejante sanción busca más un rédito político electoral que una solución real al problema de las barras.
El segundo sketch de esta fantochada surgió el martes pasado cuando se presentó en el congreso un proyecto de ley que prevé la tipificación del delito de barrabravas y reventa de entradas, impulsado por Scioli y su secretario de Deportes, Alejandro Rodríguez, y que además lleva la firma del ex diputado Martín Insaurralde. El proyecto busca aumentar las penas para los violentos en las canchas, de dos a ocho años. Me imagino en este momento el terror que deben estar experimentando al enterarse de semejante iniciativa legal personajes como el Rafa Di Zeo (ex lider de “La 12”) o Pablo “Bebote” Alvarez (actual líder de la Barra del Rojo) y todos los buenos muchachos con los que se mueven. Tal vez el gobernador tendría que proponer una enmienda a su ley en donde aclare que la prisión efectiva no la van a poder pasar en celdas VIP, por ahí lo toman más e serio.
Lo cierto es que toda esta situación es tan formal y sin sentido que ni siquiera pudo ser tomada seriamente dentro del propio FPV. El proyecto de ley fue rechazado por la diputada Diana Conti debido a que la iniciativa del sciolismo representaba "una estigmatización brutal". "¿Acaso mañana vamos a tipificar a los militantes políticos?", preguntó a los legisladores Conti, encabezando el rechazo del Kirchnerismo “puro” al proyecto. Comparar militantes políticos con barrabravas es un lujo que sólo se pueden dar las organizaciones que se valen de sus servicios para hacer política, ya sea haciendo pintadas en época electoral o disciplinando trabajadores que se quieren organizar por fuera de la burocracia sindical.
Salta a la vista que estos tires y aflojes no son más que pirotecnia verbal en una época electoral en la que el Kirchnerismo está dando aire a su ala más derechosa (Scioli) que cada vez que puede hace campaña mediática valiéndose de su gestión en el tema de la “seguridad”. Cuando es de público conocimiento que el gobierno a lo largo de su dekada ganada lejos de combatir a la violencia barra le dio aire y recursos institucionalizándola a través de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas, sumado al hecho que trascendió que en el 2014 el Gobierno gastó $17.000.000.000 en propaganda oficialista para Fútbol Para Todos, o sea les dio un aumento del 40% a la AFA y al conjunto de clubes, que albergan a los lúmpenes que buscan alcanzar con el proyecto de ley surgido de sus propias filas!!!
Para comenzar a buscar una solución al problema debemos identificar su causa y en el caso de los barrabravas no es jurídico ni cultural sino político. El año pasado nos dejo un saldo de 14 muertos en todo el país a causa de las internas en las tribunas. Cuesta creer que este año semejante locura no va a pasar, dependiendo de la aprobación de un proyecto de ley. |