El pasado viernes 7 de diciembre se les notificó a ambas académicas, a través de correo electrónico, la desvinculación de la universidad, informando la no renovación de su contrato de trabajo vigente hasta el día 31 de diciembre. La razón de la desvinculación se dio de parte del Vicerrector de Gestión a través de una resolución en la cual se indican las causas, las cuales apuntan a "no haber cumplido con las calificaciones por docencia y por investigación que se exigen, sin embargo, las calificaciones no se han hecho públicas, pasando por alto los propios estatutos de la universidad.
Pero el problema no acaba allí, contrario a lo que sostienen las autoridades, las docentes en cuestión fueron evaluadas con alto puntaje en las Evaluación Docente realizada por los estudiantes al final del semestre donde las notas fueron 6.84 para la Dra. Vania Figueroa y 6.46 para la y Dra. Karina Bravo, demostrando la alta aprobación de parte de los estudiantes, además del largo currículo con aportes en investigaciones científicas de alto nivel lo que claramente se contradice con las razones de rectoría para el despido de las Académicas.
Sobre los casos en cuestión:
Hay un hecho clave para entender cuáles son las razones de rectoría para efectuar el despido, y es que durante el mes de Junio la Dra. Bravo ingresó una denuncia por acoso laboral en contra del director del Instituto de Salud, Dr. Rubén Alvarado y la directora de la Escuela de Salud, Dra. María Soledad Burron, por múltiples situaciones de maltrato.
Ellos, los denunciados, fueron quienes la evaluaron a puertas cerradas -que conveniente ¿no?-. La situación empieza con una descoordinación administrativa donde a la Doctora le asignan dos cursos a la vez, el mismo día al mismo horario, lo que informa inmediatamente recibido su horario esto en Enero, hicieron una reunión donde llegaron a un acuerdo de horarios con sus jefaturas antes mencionadas, quienes desconocieron dicho acuerdo y dicha reunión inmediatamente empezado el año académico, acusándola de que “ella se tomaba atribuciones que no le correspondían”. A esta situación le suceden una serie de hechos de denostación publica que culminaron en una reunión sin su participación donde deciden que ella no tendrá más uno de los cursos, sin posibilidades de cambiar el horario.
Según relata la Dra. Karina “hay un problema estructural dentro de las universidades, donde hay una hegemonía que es principalmente masculina y junto con eso discriminación de género, discriminación también por ser de las más jóvenes dentro de los y las docentes, no considerando su opinión o menospreciándola por ese motivo y no por sus capacidades y conocimientos, a pesar de ser la única académica con un diplomado en docencia universitaria se le hace a un lado en la participación de la acreditación de medicina. Otro echo que denuncia es la discriminación por el grado académico, ya que “ellos son médicos y nosotros no”.
Dice que han sido al menos cuatro profesionales lo que han sufrido el hostigamiento y persecución durante el año. Y cuando esta denuncia llego a oídos de las autoridades, del vicerrector y rector estos invisibilizaron el tema dando apoyo a priori al director del instituto, apegándose al estatuto iniciando un sumario administrativo el cual termino sobreseyendo el caso.
En el caso de la Dra. Vania Figueroa, fue ella quien brindo apoyo a su colega en el testimonio que presento ante la investigación de la acusación, también evaluada por los denunciados. El método se repite bajo la misma consecuencia, acto además consumado por el rector, una demostración clara de la existencia de autoritarismo universitario que castiga a quienes la critican por sus métodos, por la falta de infraestructura y materiales de la universidad, prácticas heredadas de la educación de mercado. ¿Qué tipo de gobierno universitario queremos? ¿Cuál es el peso que se les dio de parte de las autoridades a los estudiantes y cual es el peso que se les dio a las amistades?
“Hay un mensaje de persecución, hay un mensaje de que los denunciantes van a ser castigados”
Los alumnos y alumnas al conocer la noticia de los despidos de las profesoras, organizaron las tres carreras del área y, a través de una asamblea, decidieron sacar un comunicado público en apoyo a las profesoras exigiendo su reincorporación inmediata. Declarando que están dispuestos a todo por que se cumpla esta demanda.
La única respuesta a los alumnos de parte de la autoridad fue una reunión y re-agendada para el viernes 15 de diciembre, justo cuando acaba el año. Intentando agotar todas las instancias en las cuales se puede llegar a un acuerdo.
Actualmente, al no contar con una federación de estudiantes, el protocolo para resolver ese tipo de casos es impuesto por la universidad, dándole facultades al rector para designar arbitrariamente a quienes serán los investigadores de la acusación sin tener claro los criterios de evaluación a los acusados, sólo estipulando que no debe ser de la misma área de estudios o alguna relación con el denunciado.
Para que estas malas prácticas por parte de las autoridades no se siga reproduciendo, es clave que las y los estudiantes nos organicemos, saliendo a construir una federación que luche por un Cogobierno Triestamental (de estudiantes, académicos y funcionarios) como herramienta para la toma de decisiones sobre el funcionamiento y organización de la universidad. |