El Alvear Icon Hotel, en Puerto Madero, se puso de gala en la noche de este jueves. En el lujoso hotel se dieron citas unos 400 jueces, incluidos los representantes de la Corte Suprema de Justicia.
Aunque el objetivo era trazar un balance del año judicial, se coló el debate por el pago del impuesto a las ganancias, del que los jueces están exceptuados. Uno podría sorprenderse: ¿hay debate sobre esos privilegios? ¿No es que están todos y todas de acuerdo?
Lo cierto es que en el último tiempo efectivamente se ha abierto un debate, ante la decisión de la Corte de habilitar el pago de Ganancias para los jueces ingresados después de 2017. La medida fue analizada por muchos como un intento de la corporación judicial de tomar medidas aunque sean cosméticas, para intentar ponerle límites al creciente desprestigio de la justicia en la sociedad.
Quizás por eso el discurso de Carlos Rosenkrantz, aseguró que "la sociedad ha puesto sobre nosotros ciertas demandas que no son difíciles de honrar y satisfacer. Nos piden mucha más transparencia, mucha más eficacia, más modernidad. Esos tres pedidos requieren de nosotros muchos cambios”. Ya levantando la copa, el presidente de la Corte brindó “por jueces independientes, por jueces con autoridad y sin poder, y por jueces que sean capaces de instanciar el cambio que la Argentina necesita de sus jueces para poder sentirse orgullosos de ellos. Salud".
Obviamente, todos brindaron por la transparencia, la eficacia y la modernidad, sin ponerse colorados. En los pasillos de los tribunales todavía parecen no sentir las voces que se alzan contra la corporación judicial. Ya hemos visto en la última etapa el rechazo que han generado fallos como el beneficio del 2x1 a los genocidas, la sentencia por el femicidio de Lucía Pérez o la percepción de que en los casos de corrupción política se juzga a los gobiernos pasados y omite a los actuales.
Y una de las cosas que más rechazo genera son los privilegios materiales que tiene la casta judicial. Aunque comparten los millonarios sueldos de diputados, senadores y ministros, son el único poder que no paga impuesto a las Ganancias.
Según analizó hace algunas semanas los periodistas Martín Angulo y Patricia Blanco en Infobae, “de los 700 jueces nacionales y federales, hasta ahora solo ocho jueces nacionales pagan el impuesto a las Ganancias –junto a otros 417 empleados y funcionarios- que ingresaron después del 2017 al Poder Judicial”. Estamos hablando de sueldos de 350 mil pesos brutos en el caso de los “supremos”, de 160 mil pesos de jueces de primera instancia con alguna antigüedad, y de camaristas que ganan arriba de los 200 mil pesos. Según la nota, “la AFIP se pierde de recaudar por la exención de ingresos de magistrados y funcionarios del Poder Judicial nacional y provinciales el 0,06 por ciento del Producto Bruto Interno. En 2016 fue de 4.607 millones de pesos; en 2017, unos 5.759 millones y en 2018, el total de 6.911 millones”.
Mucha plata.
Lejos de ceder cualquier privilegio, el titular de la Asociación de Magistrados mostró que darán batalla. En su primer discurso en el cargo, Hernán Monclá, "si la solución que se pretende desde la política consiste en echar por tierra la tranquilidad económica mínima que debe asistir a quien asume la difícil tarea de disponer del honor, la libertad y la propiedad de sus semejantes, lejos de propiciar una solución claramente estaríamos generando un nuevo inconveniente".
El argumento de que ellos disponen “el honor, la libertad y la propiedad de sus semejantes” es una definición de la justicia que hay que tomarla como de quien viene. Pero la defensa de la “tranquilidad económica” porque sino va generarse un “nuevo inconveniente” se parece a un apriete.
La casta judicial no está dispuesta a tolerar ni siquiera los cosméticos cambios que sugieren Ricardo Lorenzetti y Germán Garavano. Por eso es irreformable. El Frente de Izquierda plantea en su programa la elección de los jueces por voto directo de la población, la revocabilidad en sus cargos, el fin de sus privilegios empezando por que cobren lo mismo que un trabajador o una maestra. |