Alfredo Olmedo continúa con su peregrina idea de ser “el próximo presidente de Argentina”, y como todos los representantes de los partidos tradicionales ya comenzó a hacer campaña, por ahora en el exterior.
Viajó a San Pablo para lograr una reunión, que fue breve, con Bolsonaro que asumirá la presidencia de Brasil este próximo 1° de enero. Las ideas reaccionarias, misóginas y homofóbicas los emparentan, al punto que el dicho de “hermanos separados al nacer” aplica para ellos perfectamente.
Tan es así que se dan el lujo de correr por derecha a Macri, en relación a las cuestiones de género. El presidente de Argentina dijo, demagógicamente (luego de la repercusión que tuvo la denuncia de violación a Thelma Fardin y las relaciones de poder en el ámbito laboral de la industria del entretenimiento, que hiciera el Colectivo de las Actrices Argentinas) que “el debate de género no tiene vuelta atrás”.
Ambos derechistas, claro que con más poder por parte del golpista brasileño, opinan, según lo que se encargó de difundir por sus redes sociales el mismo Olmedo que “la familia es la base de la sociedad, el orden a Dios y el respeto”.
El “orden y respeto” en Brasil también, como en todo el mundo, son parte de un sistema patriarcal que sostiene el capitalismo. El diario Folha de San Pablo publicó este lunes un estudio del Foro Económico Mundial que sostiene que el vecino país cayó al puesto 95 en la desigualdad de género.
Otro de los temas que tocaron, siempre según las versiones del salteño de la campera amarilla (la prenda de vestir que lo identifica), es sobre la militarización de las ciudades y la impunidad para las fuerzas represivas. En esto sí coinciden con el Gobierno de Mauricio Macri y su ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Olmedo afirmó que parte de la conversación sobre este tema fueron elogios suyos a la política, que viene desde tiempos del PT, de atestar de militares las favelas. El halago del diputado por el partido Salta Somos Todos, que forma parte de la alianza Cambiemos, fue la descripción de esa militarización: “desde que ganó Bolsonaro hay guardias en todos lados, casi que te diría que las calles están militarizadas”.
El diputado de Cambiemos ya había declarado “delincuente abatido, policía premiado”. Desde el Ministerio de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich debió aplaudir enfervorizada esa frase.
Olmedo logró la foto con el derechista Bolsonaro, con quien tiene grandes coincidencias ideológicas.
Las políticas que el presidente surgido del golpe institucional pueda llevar adelante (recordemos que Bolsonaro fue electo gracias a la proscripción que el Poder Judicial ordenó sobre Lula, que está preso y no permitieron que sea candidato), dependerá principalmente de otros factores.
La marcha de la economía internacional, la relación de sujeción a los Estados Unidos y la resistencia del pueblo trabajador brasileño, serán más determinantes que su pensamiento retrógrado. | 
