Lagarde lo hizo, exigió el desarme de Lebac entre las condiciones para concretar el acuerdo Stand By con el FMI, y así sucedió. Este miércoles se cumplió la última etapa del plan de desarme de las Letras del Banco Central, con el vencimiento de 68.618 millones de pesos.
Aunque las Lebac se crearon en 2002, fue con la llegada del ex presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, que tomaron un protagonismo en las medidas monetarias para “intentar” estabilizar la creciente demanda de dólares y contener la inflación por sus tasas altas.
El resultado de estos objetivos fue fallido, y ante las corridas cambiarias y la recesión económica, este año el saldo será una inflación cercana al 48 % (REM) mientras el peso se devalúo más de un 100 %. Al mismo tiempo el déficit cuasi fiscal en Lebac llegó a acumular un stock superior al billón de pesos.
De acuerdo con datos publicados por el BCRA, en marzo de 2018 se alcanzó el máximo nominal de Lebacs en stock con un saldo promedio de $ 1,253 billones, casi un 10% del PBI.
Además del creciente endeudamiento, dado que los vencimientos eran cortos, en cuanto las condiciones internacionales cambiaron por la política de suba de tasas de interés de la FED- entre otros- los especuladores optaron por salir de ese bono en pesos. Estas operaciones que marcaban el fin del “carry trade” impulsaron las corridas cambiarias.
La ida al Fondo producto de la crisis económica y la volatilidad cambiaria, puso fecha final a las Lebac. Sin embargo, aunque se buscó desarmar el “efecto explosivo” de los vencimientos de Lebac; se crearon distintos instrumentos financieros en pesos y dólares y con tasas que compensaban la inflación, para llamar la atención de los especuladores. Un ejemplo claro fue la emisión de Letras del Tesoro, con plazos mayores, que sólo refleja un traslado del endeudamiento al Tesoro.
Además, con la nueva administración del Central en manos de Guillermo Sandleris, se implementaron otras medidas monetarias como las operaciones diarias de Letras de Liquidez (Leliqs) con los bancos para absorber los pesos sobrantes y mantener el crecimiento cero de la base monetaria; y una flotación entre bandas ($ 36,69- $ 47,48) del tipo de cambio.
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El sector financiero fue uno de los que mayores ganancias obtuvo en 2018, en 2019 les seguirán garantizando posibilidades rentables de negocios. En cambio, para los trabajadores la creciente inflación sigue golpeando los salarios, la pobreza en aumento alcanza un 33,6 %. Una salida para que la crisis la paguen quienes la generaron sería el no pago de la deuda a los especuladores.
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