Tras el repudio de decenas de universitarios, AMLO tuvo que dar marcha atrás con el anuncio del recorte presupuestal a la educación superior. Lo anterior bastó, para que Enrique Graue y Mario Rodriguez hiciese público su apoyo a la baja de los salarios de los altos funcionarios.
Sin embargo, ambos regresaran un aproximado total de 22 mil pesos, mientras que el salario bruto del rector universitario ronda los 177 mil pesos, mientras el del director politécnico está en 191 mil.
Para transformar el uso de recursos no bastan recorte simbólicos. En primer lugar, habría que terminar con los grandes privilegios que gozan los altos funcionarios universitarios de instituciones que no le envidian nada a un modelos virreinal. Nos referimos a la figura de rector y director general.
Por otra parte, a nadie sorprende el anuncio, pues es una política de las autoridades universitarias el no confrontarse con el gobierno federal. Buscan aparentar que todo cambia, para mantener los bajos salarios a los académicos al frente de grupos y los constantes ataques a las conquistas laborales de trabajadores administrativos, obras e intendencia.
Está aun por verse si las medidas tomadas por el gobierno obradorista pueden seguir adelante, pues mientras tiene que mantener y satisfacer a su amplia base social, intenta negociar con los sectores empresariales y amigos del mercado para poder gobernar.
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