En una entrevista con Novaresio, la ministra de Educación, Soledad Acuña dijo que “los docentes tienen menos prestigio que algunas personas que bailan en la tele”.
La triste y lamentable comparación, en relación al cierre de cursos en las escuelas nocturnas, fue en dirección de justificar que se pagan sueldos a docentes sin alumnos, que algunos sólo trabajan 4 horas y que el salario de una jornada simple está muy por debajo del costo de la canasta familiar.
Además del repudio del conductor, lo único sincero fue reconocer que jamás dio clases, algo clarificador para alguien que probablemente nunca pisó una escuela pública excepto para hacer demagogia electoral. Sra. Ministra, con el cierre de los cursos se pierden fuentes de trabajo. Serán cientos de docentes y preceptores los que verán afectada su estabilidad laboral en el marco de una crisis económica en curso.
En otra entrevista realizada por María O´Donnell en Radio Con vos, la subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa de CABA, Andrea Bruzos expresó con respecto al inminente cierre de 14 escuelas de Comercio y cientos de cursos en colegios y liceos del turno noche que “hay otras ofertas educativas en la Ciudad” y puso como ejemplo a los CENS (Centros Educativos de Nivel Secundario) que funcionan en horario vespertino.
Lo que la Subsecretaria parecer ignorar es que los CENS no pueden ser reemplazo de la escuela nocturna ya que, por ejemplo, los horarios de entrada son distintos. El turno vespertino de los Cens se inicia, en muchas ocasiones entre 17,30 y 18, hecho por lo que muches estudiantes no pueden acceder debido a la hora en que salen de sus trabajos mientras la nocturna facilita ese ingreso.
Lo que la Sra Bruzos tampoco dice es que este ajuste en educación, que en la Ciudad empezó con el rechazo a las reformas de la Nueva Escuela Secundaria y la repudiada ley de la UniCaba por el conjunto de la comunidad educativa, implica un ataque brutal contra el futuro de los jóvenes, hombres y mujeres que por ser trabajadores y en otros casos, sostenes de hogar, acceden a esta modalidad para sostener su fuente de trabajo.
“Tenemos una política muy activa para que todos los jóvenes y adultos terminen su secundaria (…) para darle las herramientas necesarias que necesita esta gente que con mucho coraje empieza a estudiar de vuelta…”
Los dichos de la funcionaria, que habla de “esfuerzo y coraje” haciendo alarde del discurso meritocrático, no da cuenta de que estas medidas justamente atacan el derecho a la educación de quienes más se esfuerzan día a día para terminar sus estudios. Argumentan que los jóvenes pueden acceder a otras ofertas educativas, incluso en lugares muy alejados de sus trabajos o casas. Es descarado plantearle a nuestros alumnos ¡que paguen más en transporte.
Tanto docentes como estudiantes sabemos lo que impactó en nuestro salario el tarifazo en los servicios públicos y que la crisis económica golpea con mucha más fuerza a la juventud trabajadora que necesita las escuelas de sus barrios para poder estudiar.
Estudiar y trabajar, para los que logran conseguir un empleo, es una tarea titánica de por sí y con este ataque se les está negando el derecho al estudio, que es el derecho a abrirse camino en la vida, a progresar, en algunos casos a dejar de una vez por todas un trabajo que los pauperiza; en otros simplemente mantenerlo para tener un ingreso, o quizás acceder a su primer trabajo, pero todo tiene como condición la finalización de los estudios secundarios.
Una estudiante expresa que para ella haber tenido la posibilidad de estudiar “fue un cambio de ciento ochenta grados” ya que “el hecho de realizar estudios me dio más seguridad y la posibilidad de hablar y comunicarme más con mi hija cuando cenamos”, explica.
Otro estudiante dice “es que se pierde el miedo; lo que pasa que cuando uno entra a la escuela se siente menos, ahí uno aprende a valorarse y a darse cuenta de que sirve para muchas cosas, de que no todo está perdido”.
Para seguir justificando el vaciamiento y cierre de cursos la funcionaria plantea que las escuelas nocturnas tienen baja matrícula. Parece olvidarse de que el problema educativo es mucho más profundo.
Son responsables de haber votado un presupuesto de miseria para educación, de no haber resuelto el grave problema edilicio de cientos de escuelas que se caen a pedazos y se inundan con cada tormenta; son responsables de los recortes en las viandas escolares en medio de un ajuste económico que empeora cada día más las condiciones de vida de nuestros estudiantes y sus familias.
Dejaron sin vacantes a miles de niñes en el nivel inicial, cerraron el Lactario del Ramos Mejía, apuntan a traslado del Cerámica 1 y el Romero Brest, cierran cursos de FINES (Programa de Finalización de los Estudios Secundarios) y reducen horas presenciales. La lista es larga.
Para enfrentar este ataque necesitamos una verdadera unidad con la comunidad educativa, docentes, estudiantes y familias hacia los barrios, aquellos donde se encuentran las escuelas donde trabajan y estudian cientos de jóvenes y mujeres trabajadores. Frente al frívolo discurso de que falta matrícula, decimos ¡Plata para educación, no para la deuda! Impulsemos una gran campaña por becas para nuestros estudiantes junto a la comunidad educativa. ¡No al ajuste en educación! ¡No al cierre de las escuelas nocturnas! |