Durante 36 días los portuarios de Valparaíso enfrentaron la intransigencia del grupo von Appen, pero además enfrentaron la represión de Carabineros, quienes entraron en una grave crisis tras salir a la luz los recientes videos del asesinato de Camilo Catrillanca, quienes además ingresaron a su histórica sede, despertando la rabia de los puertos del país obligando a la Unión Portuaria a llamar a paralizar los puertos.
A lo anterior, se suman las iniciativas del movimiento estudiantil quienes rodearon de solidaridad a los portuarios parando sus universidades y votando la solidaridad, a la vez que se sumaba la simpatía de la población quienes acompañaron la lucha callejera contra carabineros durante los últimos días de la paralización.
La crítica situación en Valparaíso recibió críticas desde el gobierno y la derecha. Desde la oposición se vieron obligados a re-ubicarse y a hablar de la situación de los puertos, aunque reduciéndolo a los márgenes de lo posible en el parlamento, pero si condenar la represión de carabineros.
Por su parte, von Appen sólo respondía con intransigencia lo que amenazaba con extender la paralización, mientras el gobierno entraba en un nuevo momento de la crisis que le abría el Caso Catrillanca tras llegar a la prensa nuevos videos que le costaron el cargo al General Director de Carabineros, Hermes Soto.
Dado que la represión no lograba los frutos, ya que no hacía más que demostrar como el gobierno y carabineros actuaban al servicio del grupo von Appen, sino que, por el contrario, despertaba más rabia e indignación dándole mas fuerza a la movilización.
Por esto, para destrabar el conflicto el gobierno tuvo que poner dinero en la mesa y actuar como vocero de von Appen. El conflicto no se resolvió por la capacidad de diálogo del gobierno, sino que porque los portuarios lograron imponer sus demandas con lucha y organización, pero además con el respaldo de la población y de sectores que fueron en su apoyo. |