El actual Ministro del Interior, Andrés Chadwick (UDI), desde joven ha sido un ferviente defensor de la dictadura de Pinochet. En 1977 participó en el simbólico encuentro organizado por el Frente Juvenil de Unidad Nacional en la cima del Cerro Chacarillas,en el cual el dictador Augusto Pinochet, pronunciaría un discurso en el que delinearía la nueva institucionalidad que regiría el Estado en los siguientes años. El 1979 fue designado por el régimen como presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica y al año siguiente como dirigente del Frente Juvenil de la Unidad Nacional.
El violento Chadwick
Dos ex funcionarios del Campus Oriente de la Universidad Católica dieron su testimonio sobre el violento paso de Chadwick en la PUC en plena dictadura cívico militar a politika.cl. Aquí uno de sus testimonios:
“Recuerdo que salen los alumnos de Teología y se junta gente de Teatro, de Filosofía, de Educación y empiezan a crecer en número y en un patio gigante se empiezan a sentar uno al lado del otro, sin decir absolutamente nada. Hasta que el presidente de la facultad de Teología lee una proclama y en ese momento bajan los tipos de Derecho que estaban en clases, se sacan los cinturones -esto me consta, lo vi con mis ojos, puedo dar fé absoluta de aquello- y empiezan a pegarle a las mujeres y a los hombres que estaban en el círculo, con violencia. El que dirigía toda esta agresión era Andrés Chadwick Piñera”.
El relato pertenece a Antonio Ibarra Moreno, funcionario por 20 años de su vida de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y que por entonces, en 1978, trabajaba en la editorial de la casa de estudios. Se refiere a un recordado episodio de violencia protagonizado por el ahora ministro del Interior ocurrido en el Campus Oriente de la PUC el 6 de septiembre de ese año, mientras un grupo de alrededor de 300 estudiantes encabezado por el presidente del Centro de Alumnos de Teología, Jorge Carrasco, se congregaron en el patio central del recinto universitario para realizar un acto de apoyo a sus pares de Nicaragua.
"Yo toda la vida y hasta el día de hoy tengo muy buen oído. En las mañanas, (Andrés) Chadwick, (Juan Antonio) Coloma y otros más -pero a ellos no les reconocí la voz, sí a Chadwick y Coloma- se morían de la risa contando la cantidad de ‘perros’ que habían matado cuando salían con sus amigos milicos en los camiones, en las noches. Y se morían de la risa (…) Se referían a pobladores, a personas”, narra Bernardita López.
La ex funcionaria de la PUC asegura que conocía bien a Andrés Chadwick en ese tiempo, porque -junto a otros dirigentes- eran amigos de su hermano y en esa calidad frecuentaban la casa de sus padres.
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