Cecilia Quiroz
| Bachiller en Historia, militante de Pan y Rosas Perú y la CST
La crisis del régimen y del sistema judicial peruano encumbra a sectores cada vez más conservadores en la administración de justicia. Preparan nuevos y más ataques a los derechos democráticos y económicos de las y los trabajadores y el pueblo.
Como lo había anunciado un día antes, el martes 8 de enero Pedro Chavarry formalizó su renuncia a ser fiscal de la nación y la junta de fiscales aceptó la misma. Inmediatamente le correspondía a Pablo Sánchez ocupar su lugar, sin embargo éste desistió y terminó asumiendo la fiscal Zoraida Ávalos quien se desempeñará como fiscal de la nación hasta que se lleve a cabo una nueva designación.
Entre quienes se sumaron a los saludos de felicitación a la nueva fiscal de la nación está el vocero de “con mis hijos no te metas”, Christian Rosas, quien en su cuenta de Facebook escribió: “Estimada Zoraida Avalos, evangélica y activista pro familia y pro vida; ha llegado tu hora. ¿Quién sabe si para momentos como este llegaste a la fiscalía? Que nuestro buen Dios te acompañe y te dé toda la fuerza necesaria para no torcer la vara ni inclinar la balanza; pues ambos son abominación a nuestro Dios. Los juicios del Señor son justos y verdaderos a la vez”.
Según las declaraciones de Christian Rosas, la nueva fiscal de la nación interina es una activista contra los derechos de las mujeres y la diversidad sexual. Las organizaciones religiosas evangélicas en el Perú han sido el sostén electoral y político del fujimorismo que junto a sus congresistas han defendido la violencia política contra los y las trabajadores y el pueblo enmascarada como lucha contra el “terrorismo”. Así también justifican la violencia patriarcal contra las mujeres y la diversidad sexual y han promovido las políticas de saqueo y explotación que son la fuente principal de la corrupción.
Esto muestra que estamos muy lejos de tener un estado laico y que no basta cambiar un funcionario público por otro para que acabe la corrupción, por el contrario, esto preanuncia la continuidad de la vulneración de los derechos de las mujeres y de la comunidad sexodiversa. Como decíamos en una nota anterior, debemos organizarnos y luchar junto con las y los trabajadores y el pueblo por la elección libre y popular de los jueces y fiscales, y que estos ganen un salario igual al de un trabajador medio y que sean revocables en cualquier momento. Sólo así daremos pasos importantes para terminar con esta casta judicial y política corrupta y al servicio de los ricos.