Tal parece que la casta política no aprende. Si es que no parecía lo suficientemente indignante las millonarias dietas parlamentarias, esta vez el gobierno del presidente Piñera es quien deja la nota alta.
Hace un par de días se dio a conocer, vía registro de transparencia los gastos realizados durante el último Consejo de Gabinete del año 2018, realizado el 7 de Diciembre pasado, en la ciudad de Quillota. Ahora, la actividad no tiene nada de extraño, sin embargo la sorpresa vino por medio del dinero despilfarrado en este evento, donde se estimó que sólo por alimentación, cada secretario de Estado, habría gastado la suma de $179.616 por cada participante. Esto sin mencionar las importantes sumas en viático, de los cuales se aprovechan permanentemente.
Y es que no es para menos, puesto para cualquier persona es un tanto difícil imaginarse como tan sólo una persona puede gastar tanto dinero solamente en lo alimentos que consume y similares. Y esto en un país, donde el sueldo mínimo no sobrepasa los $276.000, y prácticamente la totalidad de los derechos sociales se encuentran privatizados.
Tal parece que en este sentido, el discurso de austeridad del que tanto se jactaba el gobierno, no fue más que otra prueba del oportunismo de Piñera y su gabinete, que muy poco les importa gastarse millonadas, mientras las grandes colas en el sistema de salud pública se mantienen, al igual que el lucro con las pensiones de los jubilados, o el mantenimiento de la educación de mercado.
El dirigente del Partido de los Trabajadores Revolucionarios (PTR), y ex candidato a diputado por el distrito 10 de Santiago, Dauno Totoro, se refirió a eta situación señalando:
“Ya parece ridícula la forma en que esta casta política se burla de nosotros. Parlamentarios, ministros y funcionarios del gobierno con sueldos millonarios son capaces de gastarse casi 200 mil pesos en un banquete, mientras al pueblo trabajador no le alcanza el sueldo ni para la canasta familiar básica. Esto es parte del historial de una casta parasitaria que ha ganado poder y dinero a costa de salvaguardar los intereses de los empresarios, mientras se codean de lujos. Que todo parlamentario ministro, o funcionario del Estado gane lo mismo que un trabajador calificado, a ver si son capaces de gastarse tanta plata en los lujos a los que ya están acostumbrados, y alejados de la realidad que vive la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras”. |