El Centro Cultural Gabriela Mistral es uno de los espacios culturales más importantes a nivel nacional, que con los aportes del Estado y los convenios con empresas, configuran una “oferta cultural” limitada y de élite, con altos precios en sus entradas y cerrando espacios al arte emergente o crítico. Depende directamente del Consejo de Cultura e indirectamente del Ministerio de Culturas, Artes y Patrimonio.
El presidente del directorio de la corporación es Andrés Rodríguez Pérez: un pinochetista designado por Consuelo Valdés Chadwick, actual ministra de Cultura. La corporación cultural, que se reviste de hashtags con alusiones a los movimientos sociales y reclama ser un lugar muy bueno para trabajar, es claramente una farsa: la lucha de las y los trabajadores de dicho espacio lo demuestra.
La pelea del Sindicato GAM
La empresa se negó a negociar colectivamente. Pero el Sindicato no sólo se enfrenta a ese cuerpo directivo, sino que es también un combate contra el gobierno, que se ubicó - y se ha ubicado históricamente- contra los trabajadores, ahora a través de la Inspección del Trabajo, contra la privatización pinochetista de este espacio y del arte y la cultura en general, y contra el mercado cultural.
Cabe destacar el hecho de que las y los compañeros del GAM no sólo han puesto sobre la mesa la precariedad de su propia situación. También han denunciado la violencia del Estado contra el pueblo mapuche, colgando un lienzo de Camilo Catrillanca en el frontis del edificio. Levantaron al calor de la marea verde una campaña activa por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito y apoyaron la lucha de los trabajadores portuarios en Valparaíso que aún se mantiene vigente. Incluso comenzaron a utilizar “chalecos amarillos” en referencia a la gran lucha que importantes sectores vienen dando en Francia contra los ataques de Macron.
¿Qué rol cumpliremos las y los jóvenes en este conflicto?
Queremos que triunfen, no sólo porque son un ejemplo
Desde VENCER y Pan y Rosas nos hemos sumado tanto a las distintas convocatorias en solidaridad con les trabajadores del GAM, como también organizándonos y discutiendo en conjunto con ellas y ellos. Esto pues vemos un ejemplo de organización en este sindicato, que no sólo levanta sus propias demandas, sino que, como mencionábamos, ha tomado en sus manos la lucha de otros sectores que ponen en primera prioridad las demandas de la mujer trabajadora, en particular las relacionadas a vivir la maternidad de forma digna.
Hoy es necesario rodear de solidaridad la lucha del GAM, y todas las luchas de las y los trabajadores, como lo fue la huelga de CIC, traicionada por sus dirigentes sindicales, la lucha de Unilever contra los despidos, o los mismos portuarios de Valparaíso, que recibieron la solidaridad de enormes sectores de Valparaíso y particularmente de las Universidades porteñas.
Esto, para prepararnos para enfrentar a Piñera, la derecha y al gobierno, y para ir forjando lazos de unidad entre estudiantes y trabajadores. Esa alianza desde la base es la que nos permitirá, en última instancia, articular una fuerza social, de jóvenes, trabajadores, mujeres, que pueda enfrentar efectivamente los ataques que prepara el gobierno este 2019, como las reformas laboral, previsional y tributaria.
Como movimiento estudiantil bien sabemos de las lógicas mercantiles en la educación que son herencia directa de la dictadura, con altos aranceles, endeudamiento y crisis en distintos recintos educacionales en estos últimos años, con universidades que cierran por no tener cómo financiarse, como la Iberoamericana o la U. del Pacífico; o incluso universidades como la UMCE que se encuentra con un desfalco financiero que no augura un buen futuro para dicha casa de estudios.
Todo esto refleja cómo esa misma educación de mercado que le ha llenado los bolsillos a los empresarios, hoy se encuentra en crisis. Y porque queremos enfrentar la crisis de la educación pública, es que es necesario prepararnos para un 2019 movilizados. Pero también para ir más allá. Para que las y los estudiantes nos hagamos parte activa de otras batallas, como ha sido la pelea por justicia por Camilo Catrillanca, transformándonos en actores en las próximas peleas de las y los trabajadores, del movimiento de mujeres.
Queremos un movimiento estudiantil que supere lo gremial, para que existan mayores fuerzas que se enfrenten a la derecha, pero también porque así podremos fortalecer las propias fuerzas del movimiento estudiantil y de la lucha educativa. Es con esa perspectiva que apoyamos al Sindicato GAM y apostamos por el triunfo de su lucha.
Las y los dejamos invitades a sumarse a esta batalla, donde cada apoyo suma fuerzas y esto se hace necesario frente a la intransigencia de la empresa. ¡Gritemos a todo pulmón que hoy la fuerza de las mujeres, la juventud y los trabajadores se une para enfrentar a los empresarios de la cultura! |