El Gobierno de la Ciudad dispuso la compra de pistolas Taser para uso de la Policía de la Ciudad en toda la red de subte. La sola idea de un disparo de 50.000 voltios al interior de un vagón del subte o en algunos de sus atiborrados pasillos nos causa horror. Desde el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) y la Agrupación Bordó del Subte rechazamos la medida que atenta contra trabajadores y usuarios.
Diego Santilli, el encargado de destacar las características del chiche nuevo y su uso en el subte, explicó que se justifica su uso en las estaciones de subterráneo por la ser lugares cerrados y de alta circulación de gente, y su uso “intermedio” por considerar que son armas no letales. Agregó “más peligroso es disparar un arma de fuego en un andén”, lindo razonamiento. Es como decir que tirar con ametralladoras en un andén es peligroso, entonces una simple pistola sería de “riesgo intermedio”. Demostrando que la utilización de armas es decisión tomada, y que las Taser serían una especie de buena voluntad. Además, recordemos que los despliegues policiales más importantes en el subte siempre fueron contra sus trabajadores. Es una obvia medida de intimidación. Más aún después del brutal accionar policial ante las protestas de los trabajadores del Subte que reclamaban por su salario, con heridos y detenidos en mayo de 2018.
Un arma que vulnera los Derechos Humanos
Hace tan solo un poco más de un mes, desde la banca de Myriam Bregman en la Legislatura porteña acompañada por el Ceprodh logramos que la justicia porteña suspenda la aplicación del protocolo de uso de armas de fuego en la Ciudad de Buenos Aires, así lo entendió el juez Gallardo al confirmar el peligro que ello implica a la vida de miles de personas y nuestra intención de frenar el avance represivo que el Gobierno parece tener entre sus prioridades.
Del mismo modo, consideramos y afirmamos que las Taser no son un arma no letal como sostienen quienes afirman los beneficios de su uso. Por el contrario se encuentra prohibido su uso en numerosos países del mundo, y cuestionado en otros tantos, dada la cantidad de casos de asesinatos mediante su aplicación en las calles. El propio fabricante de estas nefastas armas, plantea precauciones a la hora de su uso, que contempla a vastos sectores de cualquier población, que ante su aplicación podrían –y de hecho se cuentan de a millares los casos corroborados- sufrir la muerte o secuelas irreversibles en el organismo.
Recordemos que en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se encuentra una causa contra la utilización de estas armas en la Ciudad de Buenos Aires, presentación realizada por organismos y personalidades de Derechos Humanos, que fue acompañada por Myriam Bregman y el Ceprodh.
Tarifazo y represión
Es evidente que el Gobierno tiene como prioridad la represión, donde no tiene problema para incrementar gastos, mientras desabastece Hospitales y cierra escuelas. El boleto del subte ha incrementado su costo en forma sideral y en los próximos meses llegará a $ 21, sin que el Gobierno de la Ciudad haya resuelto los problemas de infraestructura que a diario nos hacen viajar como ganado. No falta presupuesto, es claro que la plata para represión si está.
Se intenta embellecer el uso de estas armas para combatir la inseguridad. Pero la implementación de esta medida es la verdadera inseguridad. Pone en peligro a los miles que circulan todos los días por andenes y estaciones, usuarios y trabajadores, al poner estas armas en manos de la Policía que no duda en disparar su armamento, menos lo hará con las “inofensivas” Taser.
La gran mayoría de los organismos de DD.HH. se han pronunciado en contra de este nuevo proyecto. También ha hecho lo mismo la AGTSyP, sindicato que agrupa a los trabajadores del subte. Ellos deben realizar una inmediata convocatoria a todos los sindicatos y organismos de derechos humanos que repudian esta medida a una reunión abierta para coordinar las acciones legales y de lucha necesarias para impedir que este atropello se lleve a cabo. |