La lucha que vienen realizando las y los trabajadores del GAM por más de 50 días en contra del Centro Cultural y la administración del Ministerio de la Cultura y el gobierno ha sido una lucha ejemplar.
Además de impulsar medidas de lucha todas las semanas desde hace 2 meses, las y los trabajadores se han solidarizado con otras luchas como la importante lucha portuaria de Valparaíso y en repudio al asesinato del joven comunero Camilo Catrillanca.
La respuesta de la empresa ante las justas demandas de las y los trabajadores ha sido amedrentar y responder con un 0% de reajuste además de eliminar algunas de las conquistas. El directorio a cargo del reconocido pinochetista Andrés Rodríguez, respondió que las demandas de los trabajadores eran “ajenas a la realidad del país”.
Nada más alejado son los sueldos millonarios que reciben directivos como Felipe Mella, que tiene una remuneración de $6.408.788 pesos, casi 77 millones al año.
Pero su ofensiva no se quedó sin respuesta. En el seno de la movilización se viene gestando desde hace algunos años ya una enorme fuerza, son las mujeres trabajadoras que vienen luchando sostenidamente por sus derechos laborales junto a los varones. Es que la movilización del sindicato GAM tiene rostro de mujer. El año pasado las y los trabajadores del GAM abrieron el año con una importante movilización por el pago del costo real de las sala cunas que son más caras en el sector, también, por mayor flexibilidad en los permisos por pre y posnatal y la extensión del tiempo del postnatal superando la estrecha ley vigente en Chile.
La pelea es contra un modelo de cultura de mercado heredado de la dictadura y profundizado por los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría que ha precarizado la labor de miles de trabajadores de la cultura que no tienen derecho a organizarse y miles de artistas que tienen contratos precarios, al mismo tiempo que ha elitizado el acceso a las funciones culturales negando el derecho al ocio. Con un escaso presupuesto otorgado por los gobiernos de turno, los millonarios sueldos que ostenta el directorio y el funcionamiento del GAM y de otros centros culturales se sostiene en la precarización laboral de artistas, mujeres, jóvenes y migrantes.
Esta es la razón de su arremetida mediática en contra de los trabajadores y de las diversas acciones para amedrentar, como amenazar con guardias a una de las dirigentas o dar cartas de amonestación a la totalidad de los trabajadores movilizados, la empresa ha señalado que sería una huelga ilegal, discurso que pretende atemorizar al sindicato. Hasta ahora todos los gobiernos (incluyendo los de la Ex Concertación y el segundo gobierno de Bachelet), le han negado el derecho fundamental a la negociación colectiva y a la huelga.
Hoy luego de las acciones de lucha que impulsaron las y los trabajadores la empresa tuvo que entregar una oferta a la negociación dónde reconocía los derechos adquiridos y sumaba un reajuste para el tramo de trabajadores que tienen más bajos salarios. Esta oferta fue producto de la movilización del Sindicato y la extensa campaña que han desarrollado estos días. Para ir por más y conquistar el conjunto de las demandas es necesario fortalecer la movilización.
Un nuevo impulso a la movilización
Las medidas de lucha que se han desarrollado hasta ahora han sido un importante punto de apoyo para visibilizar el conflicto y desarrollar la más amplia solidaridad de artistas y trabajadores de la cultura que hoy apoyan la movilización. Decenas de reconocidos actores, músicos, entre otros se han hecho parte de las acciones que se han desarrollado.
Ante la intransigencia de la empresa que está avalada en la política estructural de los distintos gobierno y en el escenario actual por el gobierno de Piñera, es necesario enfrentarla profundizando las medidas de lucha con la mayor solidaridad y con acciones contundentes.
La simpatía de sectores del movimiento de mujeres hacia la lucha del GAM y la solidaridad que se conquistó por medio de la organización de la comisión de mujeres, la lucha de febrero del año pasado por el bono a sala cuna (que se mantiene hasta hoy) y la campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito es un importante paso adelante que debe servir como ejemplo para el conjunto de la clase trabajadora. Es también una importante vía para que el movimiento de mujeres recobre su fuerza, uniéndo las luchas por nuestros derechos a la del conjunto de la clase trabajadora, sobre todo ahora que se avecina el 8 de marzo, el paro internacional de mujeres.
En esta perspectiva hay que desarrollar acciones que muestren la potencialidad de esta alianza. Las distintas organizaciones de mujeres como la coordinadora 8 de marzo, y las distintas federaciones estudiantes y y centrales sindicales tienen que hacerse parte de esta lucha.
Los ataques de la administración del GAM a las demandas de las compañeras madres puede ser un símbolo importante de lucha para interpelar al conjunto del movimiento de mujeres que hoy vive en sus lugares de trabajo la doble explotación, la brecha salarial y los trabajos más precarios.
Desde Pan y Rosas luchamos porque los sindicatos hagan suyas las demandas de la mujer trabajadora, así como también que el movimiento de mujeres que hoy esta a la vanguardia de la pelea por sus derechos, se una a la clase trabajadora y sea un dinamizador de las viejas estructuras sindicales que hoy controla la burocracia para dividir nuestras luchas.
Al mismo tiempo que peleamos por esta perspectiva, luchamos para que el GAM sea estatizado bajo control de sus trabajadores y artistas para terminar con el arte de mercado y la elitización de la cultura, modelos que defendieron tanto la Ex Concertación como la derecha de Piñera.
Junto a los compañeros de Vencer y el Partido de Trabajadores Revolucionarios, hemos venido desarrollando la solidaridad activa del conflicto porque creemos que en la unidad de mujeres, trabajadores y estudiantes podemos construir una poderosa fuerza social para enfrentar a los empresarios y el gobierno que viene preparando una serie de ataques para este 2019 a través de las reformas laboral, previsional y tributaria.
Venimos actuado hace años con los compañeros y compañeras del sindicato GAM, en distintas campañas y luchas, y pensamos que aquellos sectores mas decididos que toman estas demandas como propias (la lucha de la mujer trabajadora, la solidaridad con el pueblo mapuche y la estatización bajo gestión de los trabajadores y comunidad) debemos agruparnos y levantar juntos estas banderas, con trabajadores de la industria, educación, postales, estudiantes etc. En el camino por construir un partido propio de las y los trabajadores, independiente a los partidos del régimen, que luche contra los empresarios y la derecha"
|