En entrevista con Cooperativa el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, analizó bajo su punto de vista el comportamiento de la economía chilena durante el 2018. Además, comentó que en el periodo 2019 habrá un supuesto despegue el cual se arrastra de la supuesta racha positiva que dejó el año recién pasado “Vamos a tener una economía con potencia de más largo plazo, porque en 2018 este país despegó. En 2017 crecimos al 1,5 por ciento y en 2018 crecimos al 4,0 por ciento”.
Pero hay algo que no calza del todo en las supuestas buenas predicciones económicas que plantea el ministro, ya que este supuesto golpe de suerte económico que atraviesa Chile, no se ha visto reflejado en la realidad país que se vive, donde los despidos masivos y cierres de fábricas se han convertido casi en el nuevo deporte favorito de los empresarios.
Según datos entregados por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas), el desempleo aumentó en los últimos 12 meses en un 0,3%, llegando así la tasa de desocupados a un 6,8%, a lo que le suma que en lo que va del año 2019 hay 40 mil cesantes más que el 2018 en la misma fecha, en donde los empresarios no daban tiempo ni de terminar las festividades de fin de año para anunciar nuevos despidos, tal como en Unilever, en donde dejaron a más de 150 trabajadores en la calle.
Es claro, los dichos del ministro de Hacienda demuestran el interés que este gobierno empresarial tiene que es mejorar la economía, pero una economía que solo beneficia a unos pocos por sobre el trabajo de muchos, porque mientras el desempleo va al alza y el sueldo mínimo no alcanza para cubrir una canasta familiar, los empresarios siguen haciéndose ricos en uno de los países con una alta desigualdad, donde el un 10% concentra el 66,5% del total de las riquezas, del cual un 1% más acaudalado abarca el 26,5 de las riquezas, según informa la Cepal.
Es así que el gobierno busca realizar un balance positivo de lo que fue el 2018, intentando lidiar con todas las falsas expectativas que generaron con la campaña de los llamados "tiempos mejores". Sin embargo, lo realmente palpable es que los tiempos mejores no llegaron, y si se presentaron no fue más que para los Von Appen, los Luksic y las grandes familias y políticos millonarios, mientras que el pueblo trabajador tiene que ingeniárselas para llegar a fin de mes.
Es por esto que se requiere de una organización mucho más poderosa que el 2018 para enfrentar al gobierno de Piñera y los empresarios que este 2019 se dispondrán en pasar mayores ataques, tales como la reforma laboral, la reforma tributaria o la misma reforma de pensiones.
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