Roger Stone, es un viejo conocido en los pasillos de Washington por ser un oscuro lobbista sin problemas en involucrarse en lo más sucio de las operaciones políticas para lograr sus objetivos. Tiene incluso su propia película en Nexflix que cuenta su trayectoria, desde sus inicios como consejero de Nixon, hasta la larga relación que tiene con Trump.
En la mañana de este viernes Stone fue noticia cuando el FBI entró en su casa de Florida y lo arrestó por orden del fiscal especial, Robert Muller, que está encargado de la investigación del Rusiagate y su injerencia en las elecciones presidenciales de 2016, en las que ganó Trump.
De 66 años, Stone ha sido acusado formalmente de varios cargos presentados contra él por el fiscal Mueller. Entre ellos se encuentran los delitos de obstrucción de un procedimiento oficial, otros cinco de declaraciones falsas y por un cargo de manipulación de testigos, según el Departamento de Justicia.
Los agentes llegaron al domicilio de Stone poco antes de las 6.00 de la mañana hora local e inspeccionaron la casa, a la que accedieron después de que el propio excolaborador de Trump abriese la puerta, informó la CNN.
Está previsto que este mismo viernes comparezca ante la Justicia, según la misma cadena.
Stone trabajó brevemente como asesor de Trump durante la campaña presidencial, aunque siguió ofreciendo sus servicios de manera informal después de dejarla en 2015.
De hecho la investigación por su relación con el Rusiagate tiene que ver con las comunicaciones con WikiLeaks, sitio responsable de liberar de miles de correos electrónicos demócratas robados en plena campaña electoral de 2016.
La acusación de Mueller sugiere que la campaña de Trump supo sobre los correos electrónicos robados antes de ser liberados y que le pidió a Stone que haga un seguimiento y les informe sobre los mismos.
Stone, que no solo comenzó su carrera política como asesor de Nixon, sino que también tiene un tatuaje de él en su espalda, ha pasado décadas haciendo operaciones políticas, incluyendo "carpetazos" y armado de escándalos en distintas campañas electorales estadounidenses.
El pasado 3 de diciembre, Trump alabó en Twitter que Stone anunciara que no iba a testificar en la causa.
"’Nunca testificaré contra Trump’. Esta declaración fue recientemente hecha por Roger Stone, básicamente diciendo que nunca será forzado a inventarse mentiras e historias sobre el ’presidente Trump’ por un fiscal que va por libre y está fuera de control. ¡(Es) bueno saber que alguna gente aún tiene ’agallas’!", escribió Trump.
Sin embargo, la detención de la mañana puede complicar más las cosas para Trump por la cercanía de Stone con Paul Manafort otro de los exasesores del presidente detenido y a la espera de declarar, y de las recientes filtraciones sobre su exabogado personal, Michael Cohen, que podría declarar que habría mentido sobre las relaciones de la campaña de Trump con Rusia, a pedido del presidente.
Las catarata de acusaciones contra el magnate neoyorquino ponen la posibilidad de un juicio político en el horizonte. Si bien el estáblishment demócrata, representado en la jefa de la Cámara Baja Nancy Pelosi, negó avanzar en un impeachment salvo que haya acuerdo bipartidista, y se juegan a que la figura de Trump se desgaste sola, es posible que la realidad de los acontecimientos y las contradicciones internas entre la administración y el Estado profundo, aceleren los tiempos más de lo que muchos quisieran. |