Desde hace meses el Fondo Monetario Internacional marca la agenda de la política en la Argentina. En ese contexto, el gobierno de Mauricio Macri impulsa medidas a pedido del organismo internacional.
Este martes por la tarde, el Ministerio de Producción y Trabajo oficiará de sede de una reunión que llevarán a cabo autoridades de esa cartera junto con empresarios y dirigentes sindicales del sector textil. El objetivo es consensuar un acta que permita avanzar en la flexibilización laboral en el sector.
Según la información que se conoce, la cartera que dirige Dante Sica pondrá a disposición de las partes un texto que propone impulsar, entre otras medidas, el fondo de cese laboral y un banco de horas.
Las dos medidas son parte del paquete flexibilizador que el gobierno había impulsado a fines de 2017 y no pudo imponer por el enorme descontento social. Un descontento que se evidenció en las calles cuando se dio la votación de la reforma previsional.
El fondo de cese laboral supone un mecanismo que facilita y abarata los despidos por parte de los empresarios. En términos prácticos implica crear un fondo común, con aportes de los trabajadores de cada empresa, que puede ser utilizado por las patronales para cubrir las indemnizaciones en caso de cesantías.
El banco de horas establece un mecanismo de compensaciones, por el cual si un trabajador llevó adelante labores más allá de su jornada laboral, esas horas podrán ser compensadas trabajando menos o no trabajando en otro momento. De esta forma, la patronal prácticamente se adueña de la vida de los trabajadores, decidiendo cuándo y cuánto se trabaja.
Desde los sectores empresarios se ve estas reformas con simpatía, aunque se advierte que eso podría no compensar la caída de las ventas producto de la recesión en curso. La información no debería sorprender. La reforma laboral que impulsaba el macrismo en 2017 fue avalada por todos los sectores empresarios, desde las grandes multinacionales hasta los sectores agrupados en las Pymes. En ese entonces, no hubo diferencias a la hora de pedir mayor explotación sobre la clase trabajadora.
Desde los sectores gremiales, según indicaron algunos medios, habría rechazo a la propuesta que impulse el gobierno. Sin embargo, la dirigencia sindical peronista ya ha dado sobradas muestras de querer colaborar con los avances en material de flexibilización laboral.
De hecho, ya existen convenios de este tipo en el área petrolera –destinada a las inversiones en Vaca Muerta-, en el sector metalmécanico, y en la construcción, entre otras áreas.
Dirigentes como Ricardo Pignanelli y Gerardo Martínez –oficialistas tanto en el kirchnerismo como en el macrismo- fueron garantes de estos avances contra las condiciones laborales de la clase trabajadora. |