El Gobierno de Vidal extendió por 5 días la conciliación obligatoria y los trabajadores de la multinacional siguen firmes la pelea por la recuperación de sus puestos laborales. Denuncian la militarización de la planta como también el riesgo de contaminación con el posible desborde de tanques con deshechos.
Hace casi un mes que 195 trabajadores aceiteros quedaron en la calle cuando la multinacional cerealera Cofco ex Nidera anunció el cierre de la planta de Valentín Alsina, en el partido de Lanús. El 28 de diciembre, la patronal determinó que comenzaba el período de vacaciones y a los pocos días cada uno de los 195 trabajadores fue recibiendo su telegrama de despido. Mientras desde Cofco, anuncian que la empresa atraviesa una crisis producto de la baja de rentabilidad, los trabajadores nucleados en el Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (Soyeia) aseguran que no habían bajado los ritmos de producción y que la planta funcionaba en todos los turnos con total normalidad. Sin embargo el cierre se concretó y 195 familias resisten los despidos.
En el acampe que mantienen frente a Cofco y con más de 40 grados de sensación térmica, los aceiteros recibieron a esta cronista bajo la sombra de un frondoso árbol sobre una de las orillas del Riachuelo. En ronda, comenzaron a compartir las novedades. El Gobierno de Vidal extendió por 5 días la conciliación obligatoria y la necesidad de preservar la fuente laborar es acuciante en medio del brutal ajuste que se lleva puesto a los trabajadores. Por esta razón, seguirán esperando una solución favorable mientras planifican medidas de lucha a seguir. Si bien la conciliación obligatoria exige a la empresa a retrotraer la situación de los aceiteros al momento anterior a los despidos, la patronal no la cumple. Un calco con lo sucedido en Siam de la mano de su Ceo Luis Gali y Rubén Cherñajovsky del grupo Neswsan que también no acataron la conciliación obligatoria de la misma manera que los fallos judiciales que ordenan la reinstalación de los despedidos.
La multinacional de origen chino Cofco llegó al país en el año 2015 para comprar Nidera, dedicada a al procesamiento y comercialización de alimentos, proceso que culmina en 2017 con una inversión de 3,000 millones de dólares. Uno de los productos más conocidos es el aceite Legítimo y junto a la Aceitera General Deheza (AGD) ocupan el segundo puesto en refinación. Además sus trabajadores sostienen que a fin de año la empresa había culminado de certificar una norma de calidad que le permitiría exportar hacia el mercado europeo.
Cofco International Argentina, en su sitio web afirma que “ya no participará en el negocio de aceites refinados (actividad que se desarrollaba hasta diciembre en su planta de refinación, fraccionamiento y distribución en la localidad de Valentín Alsina) y focalizará las inversiones en garantizar la continuidad y expansión de la principal actividad: la originación, el procesamiento de semillas oleaginosas, y la comercialización de cereales y otros productos derivados de la molienda de soja y girasol, cuyo principal destino es la exportación”.
Teniendo en cuenta este “cambio” en la orientación de la producción, es que los aceiteros de la ex Nidera afirman que la empresa no está en crisis y que los despidos son ilegales, “ni siquiera presentaron un proceso preventivo de crisis y esto se explica porque es una multinacional grande que compite directamente con Cargill, a la que hoy le es rentable la producción de la materia prima (semillas) para industrializarlas en el exterior”.
Los trabajadores, además denuncian la militarización de la planta para “cuidar” la propiedad privada de quienes obtienen enormes ganancias frente a la resistencia a los despidos: “Si desde el acampe, salimos a dar una vuelta alrededor de la fábrica, siempre nos sigue personal de seguridad desde adentro”. No sólo esto sino que también alertan que al cerrar, la multinacional abandonó piletones donde van a parar desechos de la producción que bajo tratamiento de purificación se transformaban en agua, todo esto bajo el control de Acumar. Frente al cese de actividades, las lluvias aumentan el nivel de los piletones y el paso del tiempo la descomposición si no se controla por personal capacitado y esto significa un grave riesgo de contaminación para el barrio apostado en los alrededores de la planta.
Mientras tanto y a la espera de una solución, los aceiteros que han sido solidarios con la lucha de los trabajadores de las metalúrgicas Siam de Avellaneda y de Canale de Llavallol, piensan en las futuras medidas de lucha como también la exigencia de un paro a la CGT. Además llaman a que se acerquen al acampe y convocan a que los acompañen a una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo de La Plata este lunes a las 10:30 h.
El cierre de Cofco es una muestra más de la situación que viven los trabajadores en la zona sur del conurbano bonaerense y de resistencia ante el ajuste y los despidos que sólo se puede enfrentar en unidad y coordinando con otros sectores en lucha. Más que nunca, preservar la fuente laboral y la vida de los trabajadores valen más que las ganancias multimillonarias de los empresarios.