Los llamados a estas concentraciones fueron hechos el domingo pasado por el autoproclamado “presidente encargado”, Juan Guaidó, del partido de Voluntad Popular de Leopoldo López. Un hecho que disparó la tensión política en Venezuela, ya que fue en realizado en total consonancia y apoyo de los Estados Unidos con una fuerte ofensiva imperialista con la que se alinearon los países del derechismo continental.
Las protestas fueron moderadas y en un marco de total normalidad, con unas pocas decenas en cada ciudad. En Caracas, se concentraron en el centro de la capital donde todo seguía su curso, no dejando de corearse consignas contra Maduro y que denunciaban la crisis humanitaria.
Guaidó declaraba que ha reiterado a otros países la necesidad de envío de asistencia humanitaria "y se va a producir en los próximos días". "En el caso de Duque y Bolsonaro, esperamos que en los próximos días nos ayuden a hacer entrar por nuestra frontera todo lo que pueda servir como ayuda humanitaria" afirmaba e insistía que "una coalición internacional se va a formar para atender la emergencia humanitaria".
Además, declaró que recibió una llamada telefónica de Donald Trump: "Agradezco la llamada del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump @realDonaldTrump, quien reiteró completo respaldo a nuestra labor democrática, compromiso con la ayuda humanitaria y reconocimiento de su administración a nuestra presidencia (E)", escribió.
La hipocresía de la apelación a la "ayuda humanitaria" por parte de los golpistas no se puede disfrazar. El embargo petrolero que Estados Unidos acaba de imponer al pueblo venezolano y que busca su ahogo económico impactará directamente sobre los trabajadores y el pueblo pobre.
Por su parte, Maduro, quien se encuentra en extrema debilidad y acosado como nunca antes, se encargó de mostrarse como un gobierno que aún conserva cierta fortaleza en sus declaraciones por twitter, liderando una concentración de las fuerzas armadas, quienes han venido siendo su principal sostén.
“Digámosle no a los cobardes a los mercenarios…”
En esta situación, en el plano interno, el ojo sigue puesto en los militares. De allí que Maduro busca permanentemente hacer demostraciones públicas con las Fuerzas Armadas quienes hacen declaraciones de lealtad permanentemente.
Todo esto en medio de una catástrofe económica que ha sido implacable con el pueblo trabajador y los grandes sectores populares, agravando las calamidades de las medidas de Maduro y los brutales ataques a la clase trabajadora reduciendo los salarios debajo de los 6 dólares mensuales y terminando con los convenios colectivos. De la mano de los militares ha avanzado también hacia un régimen bonapartista autoritario que coarta libertades democráticas y reprime protestas de trabajadores.
Es por eso que es de total responsabilidad del chavismo y su fracasado proyecto, lo que ha terminado facilitando toda esa ofensiva reaccionaria que se ha desatado desde todo el derechismo continental y del imperialismo de la mano de la derecha criolla, llegando a niveles descarados de intervencionismos alentando al golpismo como salida política a la crisis del país, es decir, resucitar una vez más la bota militar como manera de poner “orden” en la crisis nacional.
Para este sábado la oposición de derecha en el marco de su ofensiva golpista prepara una movilización nacional. Para enfrentar al gobierno de Maduro, los trabajadores y el pueblo no tienen por qué dejarse embaucar tras esta derecha que solo traerá más miseria y sometimiento a los dictados del imperialismo. La única salida progresiva a la actual catástrofe nacional solo podrá ser a través de la propia fuerza de los trabajadores y de la movilización independiente levantando un programa obrero y popular de emergencia.
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